Ginebra, (EFE).- El presidente chino, Xi Jinping, anunció hoy por videoconferencia en la asamblea anual de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que su país ofrecerá en dos años asistencia por valor de 2.000 millones de dólares para apoyar a los países afectados por la pandemia de COVID-19, en particular a las naciones más pobres.
También subrayó que las vacunas que China consiga desarrollar contra una enfermedad que ha causado más de 300.000 muertes en el planeta, “estarán disponibles como bien público global con el fin de que sean accesibles y asequibles para todos los países en desarrollo”.
El presidente del país donde se detectaron los primeros casos de COVID-19, ya en el mes de diciembre en Wuhan (centro), aseguró que China trabajará junto al resto de economías del G20 para suspender la deuda a los países más pobres, como parte de las medidas para superar la crisis economía derivada de la emergencia sanitaria.
El líder comunista afirmó en la videoconferencia desde Pekín que el mundo “se enfrenta a la más grave emergencia mundial de salud pública desde el fin de la Segunda Guerra Mundial”, una pandemia que “nos sorprendió a todos y se ha propagado a más de 210 países y regiones”.
Frente a las críticas que actores como EEUU han dirigido contra China en la crisis sanitaria, Xi afirmó que su país “ha hecho gala de una actitud abierta, transparente y responsable, compartiendo información con la OMS y los países implicados”, por ejemplo a la hora de compartir la secuencia del genoma del coronavirus.
Xi afirmó que en la actual pandemia “el liderazgo de la OMS ha sido indiscutible y ha contribuido en la promoción de la cooperación contra la COVID-19” por lo que China hace un llamamiento a que aumente el apoyo político y financiero al organismo, también blanco reciente de muchas críticas sobre todo procedentes de EEUU.
No obstante, el líder chino se mostró partidario de una “revisión integral” de la respuesta internacional a la COVID-19 “una vez ésta haya sido contenida”, bajo la supervisión de la OMS y de forma “objetiva e imparcial”.
Xi también ofreció a la comunidad internacional la construcción junto a Naciones Unidas de un depósito de materiales de respuesta humanitaria en territorio chino para garantizar la cadena de abastecimiento de equipamiento contra epidemias, que en los peores momentos de la actual crisis ha faltado en muchas regiones.
Asimismo se comprometió a establecer un mecanismo de “apadrinamiento” por parte de China de 30 hospitales africanos, y colaborar en la creación de un centro de prevención de enfermedades en ese continente.
“Trabajemos de la mano para proteger la vida y la salud de los pueblos de todo el mundo”, concluyó el líder comunista.