Bruselas,(EFE).-El alto representante de la Unión Europea (UE) para la Política Exterior, Josep Borrell, afirmó este martes que si bien Estados Unidos puede invitar a Rusia a la cumbre del G7 que auspiciará en septiembre, la vuelta de Moscú como miembro permanente de este grupo, formado por los países más desarrollados, no está en manos de Washington.
“Me gustaría destacar que la prerrogativa de la presidencia del G7, en este caso EE.UU., es emitir invitaciones a invitados. Esas invitaciones reflejan las prioridades del anfitrión. Pero cambiar la membresía, el formato, de forma permanente, no es prerrogativa de la presidencia del G7”, declaró Borrell durante una rueda de prensa, preguntado por el asunto.
El pasado sábado, el presidente de EE. UU., Donald Trump, anunció el aplazamiento a septiembre de la cumbre de líderes del G7 prevista inicialmente para junio, y aprovechó para calificar el formato de “obsoleto” y decir que le gustaría ver más países en ese grupo, entre ellos Rusia.
El comentario levantó las críticas de otros miembros del grupo -compuesto actualmente por EE. UU., Alemania, Canadá, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido, y en el que participa también la cúpula de las instituciones de la UE-, así como del primer ministro canadiense, Justin Trudeau.
Borrell destacó que la UE considera que el formato G7 es “un marco multilateral vital entre países guiados por valores compartidos, intereses y compromisos”.
“Se sientan juntos porque comparten intereses, valores y compromisos”, insistió.
Para el jefe de la diplomacia comunitaria, la cooperación entre países con “mentalidad parecida” es “crucial en tiempos difíciles más que nunca”.
Recordó que la participación de Rusia en el entonces G8 fue suspendida a raíz de la invasión y posterior anexión ilegal de la península ucraniana de Crimea en 2014, hasta que Moscú “cambie su curso y el entorno permita de nuevo al G8 tener una discusión significativa. Éste no es actualmente el caso”.
“Les remito a la declaración de La Haya de marzo de 2014, en la que se explicaba por qué el G8 se convirtió en G7 y por qué aún es difícil creer que, en las actuales circunstancias, pueda volver a ser de nuevo G8”, comentó.
