Los Ángeles (EE.UU.), EFE.- Trisden Shaw ha vivido gran parte de su vida con temor a ser agredido, o asesinado, por la Policía únicamente por el color de su piel. Ahora, con un libro en una mano y el puño en alto, lidera una protesta de cerca de 2.000 estudiantes de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA).
La angelina plaza Royce Hall, desértica en los últimos meses por la pandemia del coronavirus, fue este jueves el escenario de una multitudinaria y multirracial manifestación por los asesinatos de George Floyd, Breonna Taylor y decenas de casos más a manos de la Policía.
Ahí, dentro del campus universitario, la Guardia Nacional no puede entrar y los jóvenes se sienten más seguros para expresar su rabia contra el uso de la violencia policial contra las minorías, con gritos como “¡Sin justicia, no hay paz!”.
JUSTICIA PARA TODOS
Pese a celebrarse durante la oleada de protestas por el asesinato de Floyd en Mineápolis, Shaw y su compañera de batallas, Mason Foster, ambos de la Asociación de Estudiantes Negros de Posgrado (BGSA, en sus siglas en inglés), la reivindicación central de los estudiantes es que se alcance justicia para todos los afroamericanos que murieron por la violencia policial.
Una de ellas es Breonna Taylor, una afroamericana de 26 años que fue asesinada en marzo pasado por tres policías de Louisville (Kentucky, EE.UU.) en su propio apartamento tras ser confundida con una integrante de una red de narcotráfico.
“Estamos pidiendo un cambio estructural. Los asesinos de Breonna Taylor tienen que rendir cuentas y ser detenidos y condenados”, dice Foster, con rostro serio, en declaraciones a Efe.
A lo largo de la manifestación también se recordaron otros nombres, como los de Trayvon Martin, que fue asesinado en Sanford (Florida); Philando Castile, en Falcon Heights (Minesota), y Sandra Bland, en Hempstead (Texas).
UNA COALICIÓN “ARCOIRIS”
De las casi 2.000 personas presentes, más de tres cuartas partes eran estudiantes o profesores de razas diferentes a la negra, un grupo de gente que Foster y Shaw definieron como una “coalición arcoiris absolutamente necesaria”.
“Los negros hemos sido privados de aliados durante mucho tiempo y el hecho de que personas de otras razas reconozcan que tienen privilegios y los puedan utilizar para ayudarnos a protegernos es importante”, agrega la joven de 23 años, en alusión a los centenares de estudiantes blancos que acudieron a la cita.
“El silencio blanco es violencia”, “Asiáticos con nuestros hermanos negros” y “Fuerza latina con ustedes”, entre otros, fueron algunos de los mensajes que uno podía leer en las pancartas, camisetas y máscaras que los manifestantes utilizaron.
RESDISTRIBUCIÓN DE LOS FONDOS PÚBLICOS
Otra de las reivindicaciones de la protesta estudiantil, que terminó enfrente del Departamento de Policía de la propia universidad, fue la redistribución de los fondos públicos, tanto a nivel local como estatal, para recortar partidas destinadas a los agentes del orden y aumentar los programas sociales para las minorías.
Shaw lo tiene claro: “Hay diferentes maneras y estrategias para reasignar los recursos de nuestros presupuestos públicos hacia programas sociales y educativos para nuestras comunidades”.
Y lo argumenta desde la experiencia y el conocimiento, ya que fue un excelente estudiante de Ciencias Políticas y Gobierno en la Universidad de Nevada en Reno, que actualmente complementa con un máster en Estudios Afroamericanos en UCLA.
Así, con un libro y el puño el alto, Shaw y sus compañeros de aula buscan ser la voz de los que la Policía calló con disparos o técnicas de asfixia.