Bruselas.- La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, aseguró este lunes que la decisión de la institución de aumentar el volumen de compras de deuda frente a la pandemia del coronovirus en 600.000 millones de euros, hasta alcanzar 1,35 billones, demostrará ser “esencial” para evitar una mayor recesión en la eurozona.
Asimismo, instó a aprobar con rapidez el plan de recuperación económica tras la crisis propuesto por la Comisión Europea (CE) para evitar las consecuencias negativas de un retraso en su adopción.
“En general, la decisión de expandir el programa de compra de emergencia pandémica demostrará haber sido esencial a la hora de evitar una recesión incluso más profunda y de acelerar nuestro camino hacia la recuperación”, declaró Lagarde durante una comparecencia ante la comisión de Asuntos Económicos y Monetarios de la Eurocámara.
El jueves pasado, el Consejo de Gobierno del BCE decidió incrementar el volumen de compras de deuda de emergencia frente a la pandemia de coronavirus en 600.000 millones de euros, hasta alcanzar 1,35 billones, y prolongarlo “al menos” hasta finales de junio de 2021, cuando antes había asegurado que compraría deuda en cualquier caso hasta final de año.
En el Parlamento Europeo, Lagarde insistió hoy en que ante la actual crisis sanitaria y económica, los efectos “netos” de esa medida son “abrumadoramente positivos”.
Así, dijo que el incremento de 600.000 millones contribuirá a facilitar que el sector privado acceda a créditos y, en consecuencia, ayudará a las empresas viables a seguir en marcha y “retener la mayor cantidad de trabajadores posibles”.
Recalcó que las condiciones financieras son en la actualidad más difíciles que al inicio de la pandemia y explicó que la decisión de la semana pasada se tomó por las perspectivas de que la inflación caiga y por el propio empeoramiento de las condiciones de financiación.
Argumentó que debido a esos dos factores y de acuerdo con los criterios de “eficacia, eficiencia y proporcionalidad”, el programa de compra de deuda era “el mejor instrumento que podíamos usar y teníamos que usarlo”.
“Las circunstancias extraordinarias exigen medidas extraordinarias. El programa de compra de emergencia pandémica es, definitivamente, una medida extraordinaria. Es temporal, específico y proporcional”, comentó, y reiteró que en las circunstancias actuales es “la respuesta adecuada”.
EL BCE, DEPENDIENTE DEL DERECHO DE LA UE
Ante las preguntas de los eurodiputados, Lagarde volvió a pronunciarse sobre la sentencia del Tribunal Constitucional alemán que exigía al BCE explicaciones de su anterior programa de compra de deuda pública y ordenó al Bundesbank que deje de comprar deuda si el BCE no explica la proporcionalidad de esa medida.
La exminsitra francesa recordó que el BCE debe aceptar las sentencias del Tribunal de Justicia de la Unión Europea y que esa corte ya decidió en 2018 que esas compras de deuda son legales.
En cualquier caso, señaló que la sentencia alemana se dirige al Gobierno y Parlamento de ese país.
“Esperamos y tenemos confianza en que esas dos autoridades encontrarán una buena solución para abordar las preocupaciones y responder a los hallazgos del Tribunal Constitucional alemán”, asumió, y destacó que la sentencia germana no se refiere a las compras de deuda por la pandemia.
RAPIDEZ PARA APROBAR EL PLAN DE RECUPERACIÓN
Por otra parte, Lagarde consideró “importante” que los líderes de los Estados miembros y la Eurocámara adopten “con rapidez” el plan de relanzamiento económico propuesto por la Comisión Europea a finales de mayo, que contempla la emisión de deuda supranacional en euros, algo que para la francesa podría tener “un impacto positivo” en el rol internacional de la moneda.
La iniciativa de la CE incluye un nuevo presupuesto para el periodo 2021-2027 de 1,1 billones de euros y un fondo de recuperación con 750.000 millones, de los que 500.000 millones se desembolsarían en forma de subvenciones a fondo perdido y 250.000 como préstamos reembolsables.
“Establecer un calendario claro dará más certidumbre y confianza a los ciudadanos, empresas y mercados financieros. Cualquier retraso conlleva el riesgo de generar efectos negativos y elevar los costes, y por lo tanto, las necesidades financieras de esta crisis”, advirtió.
Los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete tienen previsto abordar el plan de recuperación del Ejecutivo comunitario durante una cumbre que se celebrará por videoconferencia el próximo 19 de junio, aunque no se espera un acuerdo en ese encuentro y será necesaria al menos una segunda cumbre. Esa segunda cita podría tener lugar en julio y se baraja la posibilidad de que sea presencial y no virtual.
Lagarde aseguró que el presupuesto comunitario puede tener un papel “clave” a la hora de movilizar los recursos necesarios para la recuperación, pero indicó que para ello tendrá que ser “ambicioso” no solo en el tamaño, sino también en cuanto a sus prioridades y su implementación.
Sobre el fondo de recuperación, apuntó que es “preferible” que los países más afectados por el coronavirus reciban el dinero en forma de subvenciones a fondo perdido.
IGUALDAD DE CONDICIONES
Por otro lado, puso el acento en la necesidad de reducir la fragmentación y divergencias que la pandemia ha generado entre las economías de la eurozona, y destacó la importancia de que las empresas europeas compitan en igualdad de condiciones.
“Para nuestro beneficio conjunto, el gasto europeo debería aspirar a restablecer la igualdad de condiciones y apoyar a los más afectados por la crisis”, dijo.
En cuanto a las negociaciones con el Reino Unido tras el Brexit, si no se logra un acuerdo sobre la futura relación a finales de año, afirmó que una transición “repentina” a las normas de la OMC “podría generar preocupaciones adicionales para la eurozona”, aunque serían menores que las que provocaría en el Reino Unido, según la presidenta del BCE.
Por tanto, consideró “crucial” que los bancos de la eurozona usen los próximos meses de 2020 para implementar planes ante la salida del Reino Unido del mercado único, prevista para fin de año.
Fuente EFE