El pueblo de Livonia, Michigan, en las afueras de Detroit, está de luto por la pérdida desde que empezó la pandemia de 13 monjas católicas del mismo convento que murieron por complicaciones del COVID-19.
Las hermanas eran de la orden de las Hermanas Felicianas. Vivían y trabajaban en el Convento de la Presentación de la Santísima Virgen María en Livonia. Una declaración de la Orden Feliciana dijo que tenían entre 69 y 99 años de edad. Las primeras 12 monjas contrajeron el virus y murieron entre el 10 de abril y el 10 de mayo. La número 13 falleció el 27 de junio.
Un portavoz de la orden dijo que las monjas fallecidas representan un 22 por ciento de las Hermanas Felicianas del convento.
Las Hermanas Felicianas dicen que las monjas eran todas activas en la comunidad y muchas tenían educación universitaria, algunas de ellas con grados avanzados. Enseñaban en escuelas y trabajaban en bibliotecas y hospitales locales.
La alcaldesa de Livonia, Maureen Miller Brosnan dijo que las Hermanas Felicianas han cuidado a miembros de la comunidad “literalmente desde la cuna hasta la sepultura”. Afirmó que todo lo que la gente hace en la ciudad de 93.000 habitantes tiene algún componente que involucra a las monjas. “Ellas cuidan de nuestra salud. Ellas cuidan de nuestro bienestar espiritual. Ellas cuidan de nuestra educación”.
Brosnan dijo ser un producto de las Hermanas Felicianas. “Ellas son responsables por mi educación en la escuela primaria. Ellas educron a mi esposo. Ellas educaron a nuestros dos niños”, dijo la alcaldesa. “Nosotros pusimos nuestro corazón en sus manos”.
Agregó que las monjas, todas mayores de edad y trabajando en un ambiente cerrado, eran particularmente vulnerables al virus.
Por Voa noticias