Santo Domingo.- El diputado del Partido de la Liberación Dominicana en el Distrito Nacional, Elpidio Báez, consideró este miércoles que esa organización política tiene que escoger su candidato presidencial con suficiente tiempo para que pueda posicionarse, sugiriendo que sea en el 2021, tan pronto finalice el Congreso Ordinario del Partido.
El miembro del Comité Central del PLD, entiende que el Partido de la Liberación Dominicana tiene tareas pendientes que no fueron atendidas, como es la renovación de sus estructuras internas cuya inercia durante 19 años produjo un estancamiento de la organización.
Manifestó que otro elemento a tomar en cuenta es la revisión y actualización del padrón del Partido para saber con exactitud cuántos miembros y simpatizantes tiene la organización.
El legislador consideró además que una de las metas primordiales del PLD es volver al poder en el 2024 porque tiene una obra de gobierno sólida.
“El futuro del Partido de la Liberación Dominicana es volver al gobierno en el 2024, porque tiene una obra de gobierno, tiene un legado muy sólido. Cuando tú hablas del PLD tienen que hablar de modernización del Estado dominicano, el establecimiento de un sistema de transporte público masivo, como es el metro y el teleférico”, expresó el legislador entrevistado en el programa Matinal 5.
El también titular de la Secretaría de Asuntos Comunitarios del PLD señaló que al referirse al legado de este partido se tiene que hablar igualmente de las jornadas de tandas extendidas, estancias infantiles y la mayor cantidad de aulas que se han construido en el la República Dominicana, así como un programa para eliminar el analfabetismo (Quisqueya Aprende Contigo).
Asimismo la modernización de centros hospitalarios, la creación de programas sociales como la Tarjeta Solidaridad, el seguro Senasa, y el apoyo a la agropecuaria, a través de las “visitas sorpresas”. “Fíjate que en medio de esta pandemia no ha habido escasez de alimentos, no ha hecho falta plátano, guineos o yuca”.
Resaltó que el PLD se convirtió en una maquinaria electoral que privilegiaba el éxito en las elecciones por encima del cuidado del Partido y la renovación de sus estructuras internas, posponiendo cada cuatro años sus congresos ordinarios.