Líderes y organizaciones nacionales se han volcado este lunes a recordar a las 23 personas asesinadas en el tiroteo ocurrido hace un año en la tienda Walmart de Cielo Vista, en El Paso (Texas, EE.UU.), señalado como “el acto violento más mortífero” cometido contra los latinos.
La pandemia de la COVID-19, que en este condado ha registrado un repunte, ha obligado a que se hagan de forma virtual la mayoría de homenajes y memoriales para recordar a los fallecidos y 22 heridos en el ataque que cometió Patrick Crusius tras abrir fuego con un rifle semiautomático en la tienda de esta ciudad fronteriza.
“Eran maestros y conductores de autobuses. Abuelos e hijos. Estadounidenses y mexicanos. Familias que acababan de salir a hacer mandados. Cada uno una vida de significado y potencial, y parte de lo que hace a El Paso tan especial”, como recordó hoy el virtual candidato demócrata Joe Biden en un mensaje en video.
En honor a esas personas, desde el fin de semana se han efectuado vigilias y memoriales virtuales, mientras que El Paso Museum of History, tras ofrecer un recorrido privado para las familias de las víctimas, ha inaugurado una exhibición en línea con artículos preservados de un monumento improvisado.
De igual forma, la tarde de este lunes diversos parques de la ciudad van a ser iluminados con linternas y farolas para honrar a las víctimas mortales, a la vez que el Consulado de México ubicado en este condado de más de 720.000 residentes, más del 80 % de ellos hispanos, desvelará una placa en honor de los fallecidos y sus familiares.
“El Gobierno de México no quiere que las víctimas o el ataque en sí sean olvidados. Este fue uno de los ataques más graves contra la comunidad mexicana en Estados Unidos y es algo que nunca debe volver a ocurrir”, señaló a medios locales el cónsul mexicano en El Paso, Mauricio Ibarra.
“ES ALGO IRREAL”
En el Ponder Park se han empezado a colocar esta mañana lazos naranjas y desde este emplazamiento partió rumbo al Walmart, escenario de los hechos, una procesión compuesta por unas 200 personas, entre familiares de las víctimas, líderes locales y el obispo de El Paso, Mark Joseph Seitz, quien señaló que la comunidad local aún procesa la masacre.
“Hemos descubierto cómo somos, una comunidad muy unida, no perfecta, pero una comunidad que quisiera cruzar las fronteras entre las culturas, idiomas y color de piel”, aseveró en declaraciones a Efe.
Devora Anchondo, hermana de André Anchondo, una de las víctimas mortales del tiroteo, reconoció a Efe que “el aniversario representa algo irreal”.
Los participantes de la procesión llegaron al estacionamiento de Walmart para ser recibidos por “La Gran Candela”, una estructura de 30 pies y formada por 22 arcos de aluminio en honor a 22 víctimas del fatal atentado, a las que se les añadió el pasado mes de mayo Guillermo Díaz, el muerto número 23, quien pereció al cabo de ocho meses hospitalizado.
A este monumento se le agregará el Jardín de la Sanación, un espacio entre palmeras en la entrada principal del Parque Azcárate y en donde se colocará una placa metálica conmemorativa.
ATAQUE A LA COMUNIDAD LATINA
Hasta el Walmart de Cielo Drive, al que acuden personas de ambos lados de la frontera, el 3 de agosto de 2019 Crusius manejó por casi diez horas, desde su casa cerca de Dallas, con la intención de matar mexicanos, tal como confesó a los policías que lo detuvieron poco después de cometer el ataque.
El joven de ahora 22 años, que poco antes de desatar la masacre publicó en internet un manifiesto de índole racista en el que señaló que su acción era en “respuesta a la invasión hispana de Texas”, afronta más de 90 cargos estatales y federales, entre ellos de asesinato y crímenes de odio, que de ser hallado culpable le pueden valer la pena capital.
“El tiroteo en El Paso fue un ataque contra la comunidad latina y un ataque contra toda nuestra familia estadounidense”, sostuvo hoy el congresista por Texas Joaquín Castro, titular del Caucus Hispano en el Congreso, quien lamentó que “las débiles leyes del país sobre armas permiten el extremismo violento”.
A su turno, el alcalde de El Paso, Dee Margo, dijo a Efe que la masacre “no va a definir” a la comunidad local. “Me aseguraré que sea apartado como un asterisco o un pie de página en nuestra historia”, agregó, para luego defender que en esta región fronteriza no hay “una persona capaz de generar un crimen de odio del tal magnitud”.
“Tuvo que viajar 700 millas de distancia un supremacista blanco lleno de odio”, recalcó.
Bajo la etiqueta “ElPasoStrong”, con el que muchos hoy han expresado su apoyo en internet, la congresista federal representante de El Paso Verónica Escobar se ha sumado a los homenajes y como otros líderes locales en su cuenta de Twitter ha colocado el nombre de las 23 víctimas mortales.
“Las familias de El Paso tienen derecho a vivir sin miedo, y continuaré honrando a las víctimas y sobrevivientes con acción; luchando para terminar con la violencia armada y las epidemias de odio que afectan a nuestra nación”, escribió.
Los residentes de esta localidad creen que el suceso propició que floreciera la “unidad”, al margen del color de piel y la etnia, como dijo Anchondo: “Yo pienso que las cosas pasan por alguna razón y eso ha ayudado a nuestra comunidad a ser unidos y a que la gente sea de buen corazón”.
En esa misma línea, Jimmy Villatoro, una de las personas que en el momento del ataque asistió a las víctimas, dijo a la cadena hispana Univisión: “Nos unimos como una ciudad (…) curándonos juntos como una familia”.
Fuente: EFE