Washington, EFE.- Estados Unidos sigue apretando las tuercas a Huawei, una de las empresas tecnológicas chinas de más proyección internacional pero que Washington considera un brazo del Ejército y del Partido Comunista Chino (PCC), al imponer nuevas medidas que dificultan la capacidad de la compañía para conseguir microprocesadores.
Las medidas adoptadas hoy impiden que microprocesadores u otros componentes producidos por otras empresas pero realizados en parte o totalmente con software o hardware estadounidense sean adquiridos por Huawei.
En la práctica, esto supone que los principales productores de chips de Europa y Asia, como la holandesa NXP Semiconductors, la taiwanesa MediaTek o la coreana Samsung Electronics, solo pueden vender sus productos a Huawei si Estados Unidos lo autoriza.
Como señaló hoy un alto funcionario del Departamento del Comercio de Estados Unidos durante una conferencia telefónica con medios de comunicación, las medidas anunciadas hoy indican que Washington no cesará en presionar a Huawei.
EEUU CONSIDERA QUE HUAWEI SUPONE UNA AMENAZA
El propio presidente de Estados Unidos, DonaldTrump, defendió hoy la campaña contra Huawei en una entrevista en la cadena de televisión Fox, durante la que declaró: “No queremos su equipo en los Estados Unidos porque nos espían”, aunque no ofreció detalles sobre el supuesto espionaje.
La presión no cesa desde que en mayo de 2019, la Administración Trump incluyó a la empresa de telecomunicaciones china en la lista de entidades que pueden suponer una amenaza para la seguridad nacional de EE.UU.
La medida cortó el suministro de software y hardware producido por empresas estadounidenses al gigante chino, conocido por los consumidores por sus teléfonos móviles de precio competitivo pero que también se ha convertido en uno de los mayores productores del mundo de los equipos de telecomunicaciones que componen las redes de telefonía.
Con anterioridad, en diciembre de 2018, Washington ya había abierto otro frente contra la empresa al solicitar a Canadá el arresto y extradición de la directora financiera de Huawei, Meng Wanzhou, a la que acusa de fraude bancario para evadir las sanciones comerciales impuestas contra Irán.
Meng, hija del fundador de la compañía y una de las mayores fortunas de China, está en libertad bajo fianza en Canadá a la espera de que los tribunales del país resuelvan si es extraditada a Estados Unidos.
Desde entonces, Washington ha montado una campaña sin descanso contra Huawei.
UNA CAMPAÑA DE TRUMP CONTRA LA EMPRESA
En el campo diplomático, EE.UU. presiona a diario a sus aliados para que prohíban la instalación de los equipos de Huawei en las redes de telecomunicaciones nacionales, especialmente las nuevas de tecnología 5G.
Y en el terreno tecnológico, Estados Unidos intenta que la compañía china se quede sin los preciados microprocesadores y otros componentes de alta tecnología que integra en sus productos.
Por lo declarado hoy por altos funcionarios del Departamento de Comercio se desprende que Huawei ha sido hasta el momento capaz de evadir las medidas adoptadas hasta ahora por lo que ha sido necesario imponer nuevas restricciones.
Los funcionarios dijeron que las medidas anunciadas restringen de forma efectiva el acceso de Huawei a chips producidos por otras compañías con software o hardware estadounidense.
“Estas acciones, que son efectivas de forma inmediata, impiden que Huawei intente burlar los controles de exportación de los Estados Unidos para obtener componentes electrónicos desarrollados o producidos utilizando tecnología estadounidense”, dijo el Departamento de Comercio.
Además de impedir que Huawei pueda adquirir microprocesadores realizados con tecnología estadounidense, Washington ha incluido a 38 afiliadas de Huawei en 21 países de todo el mundo al listado de entidades que pueden suponer una amenaza para la seguridad nacional de EE.UU.
El secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross, señaló en un comunicado que “Huawei y sus afiliados extranjeros han aumentado sus esfuerzos para obtener semiconductores avanzados desarrollados o producidos con software y tecnología estadounidense para cumplir los objetivos del Partido Comunista Chino (PCC)”.
“Esta acción con múltiples frentes demuestra nuestro continuo compromiso para dificultar la capacidad de Huawei” de dañar la seguridad e intereses de política extranjera de Estados Unidos, añadió Ross.
Por su parte, el secretario de Estado, Mike Pompeo, indicó que Huawei “es un brazo del estado de vigilancia del Partido Comunista Chino” y que las medidas protegen “la seguridad nacional de los EE.UU., la privacidad de nuestros ciudadanos y la integridad de nuestra infraestructura 5G de la influencia maliciosa de Pekín”.
“No toleraremos los intentos del PCC de socavar la privacidad de los ciudadanos, la propiedad intelectual de nuestros negocios o la integridad de las redes de próxima generación en todo el mundo”, añadió Pompeo.