San Salvador, EFE.- El Gobierno de Nayib Bukele señaló este viernes que una de las opciones para reformar la Constitución de El Salvador, cuyo estudio fue encargado al vicepresidente del país, Félix Ulloa, es la formación de una asamblea constituyente, de acuerdo con un comunicado.
“El Gobierno de El Salvador está comprometido con respetar la Constitución, sus cláusulas pétreas y el Estado de Derecho, aunque considera clave debatir con todos los sectores su actualización y reforma, que implica dos legislaturas o una Asamblea Constituyente”, señala el documento difundido por la Secretaría de Prensa de la Presidencia.
Actualmente, para que se modifique la Constitución es necesario que la reforma se apruebe con 43 votos de los 84 diputados en una legislatura y que la siguiente la ratifique con 56 votos.
Esta es la primera vez que se maneja públicamente por parte del Gobierno esta posibilidad de convocar a una constituyente y discutir las normas pétreas desde que se conoció la designación de Ulloa para estudiar y proponer la reforma el pasado 8 de septiembre.
La Constitución salvadoreña establece que “la reforma únicamente puede ser propuesta por los diputados en un número no menor de diez”.
El comunicado hace eco de unas declaraciones dadas la mañana del viernes por el vicemandatario a la prensa y afirma que Bukele “no planea reformar la Constitución ni cambiar el régimen de Gobierno y la alternabilidad” en el poder Ejecutivo.
Al ser preguntado sobre las normas de la Constitución que serán estudiadas para determinar si necesitan ser reformadas, Ulloa respondió que “todas”.
“Todas, todas. Desde el preámbulo hasta la última, (…) hay que verlo todo”, remarcó el abogado y exmagistrado del Tribunal Supremo Electoral (TSE).
Ulloa reconoció que el presidente no posee la facultad de introducir al Congreso una reforma constitucional, pero afirmó que el mandatario hará llegar la propuesta al órgano Legislativo “conforme al proceso que ya está establecido”.
Apuntó que “este es un proceso de estudio prolongado, profundo, consultivo” y que prevé presentar un primer informe en septiembre de 2021.
A juicio del vicepresidente, la Constitución establece una serie de instituciones que “ha quedado obsoleta, esta desfasada con relación a los avances en el mundo moderno”, como la Corte de Cuentas.
“Necesitamos actualizar la Constitución conforme las agendas del mundo moderno del Siglo XXI” y “no podemos seguir con una Constitución que fue creada hace setenta años, en 1950”, apuntó.
De acuerdo con Ulloa, la Carta Magna salvadoreña tuvo algunas reformas en 1983 y en 1992 tras la firma de lo Acuerdos de Paz que pusieron fin a 12 años de guerra civil.
A su juicio, quienes se oponen a este proceso que encabeza son “litigantes” que se “benefician” de un sistema de normas constitucionales que sea “contradictorio” y “confuso”.
“Nosotros no estamos satisfechos con este estatu quo, queremos cambiarla porque necesitamos mejorar las normas para el beneficio del pueblo”, subrayó.
Algunos analistas han mostrado su desconfianza ante este proceso, principalmente por la relación espinosa que mantiene el presidente Bukele con los órganos Legislativo y Judicial, a los que ha acusado de retirarle poderes.
“Da malas señales este tema de reformas constitucionales, dado el carácter autoritario y de irrespeto a la Constitución que ha tenido el presidente de la República”, dijo el director ejecutivo de la organización Acción Ciudadana, Eduardo Escobar.
No descartó que el mandatario pretenda reformar la Constitución para buscar la reelección inmediata, aunque no este permitida en la Carta Magna.
Esta cláusula pétrea no se puede modificar a la luz del mecanismo que estipula la actual Constitución, pero existen “otras vías de reforma”, como promulgar una nueva Carta Magna en la que se pude “cambiar prácticamente todo”.
La Constitución salvadoreña no estipula en su articulado un mecanismo de convocatoria para una asamblea constituyente.