“Grandes noticias”, dijo en Twitter el presidente de EE.UU., Donald Trump, poco después de que se diera a conocer la noticia.
A continuación, pidió una rápida aprobación a la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA, en inglés), una agencia gubernamental independiente que se encarga de aprobar el uso de nuevos fármacos, vacunas y otros productos relacionados con la salud pública.
“¡Numerosas grandes compañías están viendo resultados fantásticos. La FDA debería moverse rápido!”, exclamó el mandatario.
VENTAJAS: UNA SOLA DOSIS Y FÁCIL ALMACENAMIENTO
Con Janssen, ya son cuatro las vacunas que han entrado en EE.UU. en fase 3, la última antes de su aprobación definitiva y que busca probar su eficacia y seguridad. Las otras tres farmacéuticas que han conseguido llevar sus ensayos a la fase 3 son Moderna, AstraZeneca y Pfizer, esta última en colaboración con la alemana BioNTech.
La vacuna de Janssen cuenta con dos ventajas con respecto a sus competidores: no es necesario su almacenamiento a temperaturas bajo cero, lo que facilitaría su distribución, y la inmunización puede producirse cuando el paciente recibe sólo una dosis, en vez de dos, detalló en un comunicado el Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas de EE.UU. (NIAID).
Según esa fuente, los 60.000 voluntarios serán reclutados en 215 clínicas de EE.UU. y de otros países, como España, donde ya ha habido ensayos en tres hospitales (los madrileños de La Princesa y La Paz y el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla de Santander).
El nuevo ensayo forma parte de la Operación Warp Speed (Máxima Velocidad), lanzada por el Gobierno de EE.UU. para acelerar el desarrollo de vacunas y tratamientos.
LA VACUNA, OBJETO DE DEBATE ELECTORAL
La urgencia que Trump ha expresado en las últimas semanas para conseguir una vacuna preocupa a miembros de la oposición demócrata, que temen que el presidente interfiera en el proceso de revisión de la vacuna para beneficiarse políticamente en las elecciones de noviembre.
El miércoles pasado, Trump prometió que distribuirá 100 millones de dosis antes de final de año y contradijo así a uno de los expertos de más alto rango en el Gobierno, Robert Redfield, quien horas antes había afirmado que la mayoría de la población no podría acceder a una vacuna hasta el tercer trimestre de 2021.
Hoy en una audiencia en el Senado, Redfield, director de los gubernamentales Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés), rechazó responder a preguntas sobre ese enfrentamiento con el presidente y se limitó a decir: “Presento los datos y la ciencia como los entiendo y continuaré haciéndolo”.
“No voy a estar modulando lo que digo por si alguien lo valora o no”, subrayó el experto.
¿LA VACUNA ES SEGURA?
Redfield compareció en el Senado junto a Stephen Hahn, que dirige la FDA, y respondió a preguntas sobre la seguridad de la vacuna.
Frente a los senadores, formuló un compromiso: “La FDA no autorizará ni aprobará una vacuna con la que no nos sentiríamos cómodos para dar a nuestras familias”.
Hahn aseguró que su agencia seguirá unos procesos “rigurosos” para probar que la vacuna es segura y añadió tajante: “La FDA no permitirá ningún tipo de presión para cambiar eso”.
Sus declaraciones llegan cuando la FDA está valorando publicar unas normas que harían más difícil que Trump autorizara el uso urgente de una eventual vacuna contra el coronavirus, lo que permitiría añadir un nivel más de precaución al proceso de evaluación.
MÁS CASOS EN 22 DE ESTADOS
Entretanto, la tendencia del virus se mantiene en EE.UU., que sigue siendo el país más afectado en términos absolutos con 6,9 millones de casos y más de 201.000 fallecidos, según el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins.
Además, según la misma fuente, al menos 22 de los 50 estados del país han informado en las últimas horas de un incremento en los nuevos casos, lo que supone un importante aumento con respecto al pasado lunes, cuando solo nueve estados reportaron un pico en el número de contagios.
La mayoría de los estados que están informado de nuevos casos se encuentran en el medio oeste de EE.UU., como Wisconsin, donde el gobernador, el demócrata Tony Evers, tuvo que declarar esta semana el estado de emergencia y emitió una nueva normativa para obligar a los vecinos a llevar mascarillas.