Sao Paulo, EFE.- Brasil sumó 201 muertes por coronavirus en las últimas 24 horas y el total llegó a 150.689, en una nueva jornada en la que los brasileños volvieron a llenar las playas con motivo de un puente festivo, según informó este lunes el Ministerio de Salud.
El número de casos de COVID-19, por su parte, ascendió a 5.103.408, tras registrar 8.429 contagios en el último día, de acuerdo con el boletín.
Las propias autoridades reconocen que las cifras de muertes y contagios bajan considerablemente cada fin de semana, pues se reduce el personal de las secretarías de salud dedicado a la recopilación de los datos, y suelen acelerar a medida que avanza la semana.
El Gobierno también informó que 4.495.259 personas se han recuperado de la enfermedad, lo que representa el 88,1 % del total de los infectados, mientras que 457.450 continúan bajo observación.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) consideró que la estabilización vivida por Brasil en las últimas semanas es positiva, pero recordó que los números continúan en niveles muy elevados y que hay que estar atentos ante la posibilidad de un nuevo incremento de casos.
Los expertos coinciden en que, al igual que otros países de Europa, es posible que Brasil viva en los próximos meses una segunda ola de COVID-19, especialmente tras el aumento de las aglomeraciones registradas en los últimos días con la llegada del buen tiempo y la flexibilización de las medidas de distanciamiento social.
Durante el fin de semana, pese a las advertencias de los expertos en salud, los brasileños llenaron masivamente las playas y las montañas de gran parte del país aprovechando el festivo de este lunes.
Entre ellos se encuentra el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, quien la víspera se desplazó hasta una playa de Sao Paulo para realizar esquí acuático y se fotografió con decenas de seguidores sin máscaras.
El líder de la ultraderecha brasileña, quien ya estuvo contagiado de coronavirus, es uno de los gobernantes más escépticos sobre la gravedad del nuevo coronavirus y uno de los principales defensores de la vuelta a la “normalidad”, incluso en los meses más críticos de la pandemia.
