El toque de queda nocturno que en la noche del viernes al sábado se amplía a más de dos tercios de la población francesa es un paso más para intentar contener la escalada de contagios de covid-19 y de hospitalizaciones pero, si no basta, las autoridades trabajan en la hipótesis de confinamientos locales.
El presidente francés, Emmanuel Macron, se refirió hoy a esa posibilidad tras realizar una visita al hospital de Pontoise, en la región de París, aunque puntualizó que de momento “es demasiado pronto para decir si vamos a reconfinamientos locales o más amplios”.
Macron destacó que el toque de queda, que a partir de la medianoche del viernes al sábado se amplía para cubrir 54 del centenar de departamentos del país, en los que viven 46 millones de personas, está pensado para que dure al menos seis semanas.
No obstante, también precisó que “a mediados de la semana próxima tendremos una visión más clara del impacto de las medidas que hemos tomado” y a partir de ahí se harán los ajustes necesarios.
De hecho, dejó claro que las nuevas medidas restrictivas que se ponen en marcha “no tienen vocación de reducirse, sino tal vez de reforzarse si no son suficientemente eficaces”.
“Si el virus sigue circulando, tal vez iremos más lejos”, había avanzado horas antes el ministro responsable del Comercio Exterior, Franck Riester, un día después de que el primer ministro, Jean Castex, hubiera insinuado la idea de “medidas mucho más duras”.
El actual toque de queda, que equivale a un confinamiento nocturno, significa que no se puede salir a la calle, salvo que se tenga una justificación como razones laborables o sanitarias, entre las 21.00 y las 6.00.
Lleva una semana en vigor para los 20 millones de habitantes en la región de París y de otras ocho áreas urbanas, pero el Gobierno ha visto que no bastaba para atajar una dinámica epidémica desbocada.
En una semana, el número de contagios ha crecido un 40 % para situarse a nivel nacional en 251 por cada 100.000 habitantes. Un 44 % de las plazas de ucis están ya ocupadas por enfermos de coronavirus (más del 60 % en regiones como Ile de France).
Este viernes, como la víspera, se volvió a registrar un nuevo récord de contagios con 42.032 en 24 horas, de forma que se ha superado el umbral del millón desde el comienzo de la epidemia.
La evolución también fue claramente a peor en lo que respecta a los muertos, con 298 más, después de los 165 contabilizados el jueves, con lo que suman 34.0508 desde marzo. Se cumplen las predicciones del primer ministro de que en las próximas semanas se esperan un incremento del ritmo de fallecimientos.
PERSPECTIVAS DE EMPEORAMIENTO
El Instituto Pasteur ha hecho proyecciones a partir de los datos disponibles el pasado día 15 y ha calculado que si las tendencias hubieran seguido como en la última semana (antes del toque de queda), con algunos días en que se supero el umbral de los 30.000 contagios en 24 horas, la tasa de ocupación de las ucis subiría al 63 % el 1 de noviembre.
Y en ciertas regiones como Borgoña-Franco Condado o Auvernia-Ródano-Alpes se superarían las capacidades existentes, lo que haría preciso evacuaciones de enfermos, que van a comenzar ya.
La Agencia Regional de Sanidad de Nueva Aquitania, la que dispone ahora de mayor margen, indicó hoy que los hospitales de Burdeos, Poitiers y Brive la Gaillarde van a recibir a ocho pacientes de Auvernia-Ródano-Alpes.
Macron pidió desde Pontoise civismo porque en la actual situación la única opción para romper la cadena de contagios es “reducir nuestra vida social”.
“Las próximas semanas todos debemos hacer un esfuerzo -dijo- pero con el objetivo de reducir la incidencia de la epidemia a 3.000-5.000 contagios diarios para a partir de entonces readaptar la estrategia y proceder a una reapertura que irá de la mano de una intensificación de los test, de los sistemas de alerta y de protección”.
Más allá de la dimensión sanitaria, la nueva vuelta de tuerca en las restricciones con la extensión del toque de queda tendrá un costo de algo más de 2.000 millones de euros para las arcas públicas durante las seis semanas iniciales de duración, estimó este viernes el ministro de Economía, Bruno Le Maire.
En una entrevista a la emisora “Europe 1”, Le Maire previno de que en el cuarto trimestre la economía francesa “probablemente” verá reducida su actividad por esta segunda ola.
Una eventualidad que -puntualizó el ministro- ya se había integrado en la previsión del Gobierno de que en el conjunto de 2020 el producto interior bruto (PIB) retrocederá un 10 % en Francia.
Fuente: EFE