(EFE).- En vez de llevar paquetes o cenas a domicilio, unos 130 mensajeros en bicicleta acercan en Viena a casa pruebas PCR sencillas y gratis para que quienes tienen síntomas de la covid-19 puedan ser analizados sin salir de su vivienda.
Por encargo de las autoridades sanitarias del Ayuntamiento, los mensajeros recogen y llevan hasta mil pruebas cada día a diferentes laboratorios de la capital austríaca.
Los resultados tardan entre 24 y 48 horas en estar listos, y son comunicados a los pacientes mediante una página web a la que se accede con un código PIN personalizado enviado por mensaje de texto al teléfono móvil.
GÁRGARAS A DOMICILIO
Estos test PCR son realizados mediante un método de gárgaras desarrollado por científicos austríacos, no por el habitual método de extracción de muestras de la nariz y la garganta.
La ventaja de este sistema, aparte de la comodidad para el usuario, es que no precisa la intervención de personal sanitario, por lo que se ahorran recursos humanos que pueden ser necesarios en otros sitios en un momento de rápida subida de los contagios y permite realizar más pruebas en menos tiempo.
La recogida de muestras comienza con una llamada al teléfono gratuito 1450, en el que se informa de cómo proceder en caso de síntomas o de haber estado en contacto con positivos confirmados.
Desde ahí, se deriva al usuario bien a uno de los dos centros de análisis gratuitos de la ciudad o se le pide que espere en casa a la llegada del mensajero con el equipo de prueba.
MENSAJEROS EN BICI
El Ayuntamiento de Viena ha contratado para ello a Veloce, una empresa de transporte y reparto para realizar el servicio.
Un total de 130 mensajeros, bien en bicicleta o en motocicleta eléctrica, han recibido una breve formación sobre cómo protegerse y cómo asegurar que las muestras tomadas no se contaminan.
Equipados con gafas protectoras, guantes y mascarilla, los repartidores acuden a las direcciones que les facilita el servicio de Sanidad de Viena.
Tras comprobar su identidad, entregan a los clientes un tubo con un líquido reactivo con el que deben hacer gárgaras durante un minuto antes de escupir su contenido en un tubo marcado con un código de barras y asignado a esa persona.
Tras visitar a media docena de pacientes, el mensajero llevan los tubos, empaquetados e identificados por separado, a un laboratorio.
DISTANCIA DE SEGURIDAD
Durante todo el proceso, el mensajero debe evitar cualquier contacto directo con los usuarios a los que, por ejemplo, se les entrega el tubo para el test en un sobre.
“Algunos abren la puerta, con mascarilla y distancia, para asegurarse de que no me contagian. Otros abren y salen como si nada. Pero les digo con mucha claridad que dejen todo en el suelo, que es muy importante cumplir todas las reglas”, explica a Efe Doris Hofer, una de las mensajeras de Veloce.
Hofer cuenta que recoge hasta 20 muestras diarias y que, aunque al principio tenía un poco de miedo de contagiarse, ahora está muy tranquila.
“Creo que el peligro es más grande en el tráfico, o en un supermercado, que trabajando con los clientes. Porque cumplo todas las reglas. De momento estoy muy relajada y no tengo miedo” explica la mensajera.
Según Veloce, todos los empleados a los que se asigna estos servicios lo hacen de forma voluntaria. Según Hofer, no existe ningún bonus o complemento salarial para quienes llevan y recogen las pruebas PCR.
El servicio de Salud del Ayuntamiento de Viena comenzó ya en febrero a organizar test de PCR a domicilio, realizados entonces por médicos tomando muestras de la nariz, para evitar que personas infectadas acudieran a los hospitales.
Posteriormente, fueron sanitarios de la Cruz Roja u otras ONG los que realizaron esa tarea.
Sólo en septiembre, el Ayuntamiento realizó 30.384 pruebas a domicilio, más los miles que se realizan cada día en los dos centros de análisis gratuitos.
En los últimos siete días en Austria se han contabilizado 13.680 nuevos casos de la covid-19, el 25 % de ellos en Viena, que concentra ese porcentaje de la población del país.
Pese a ser la capital y el centro cultural y económico de Austria, Viena presenta tasas de contagio per cápita más bajas que regiones rurales como Tirol y Salzburgo.
Antonio Sánchez Solís