Santo Domingo
El juez de la Oficina Judicial de Servicios de Atención Permanente, Bienvenido Liz Santana, ordenó al imputado Juan de Dios De La Cruz o Antonio de La Cruz (Papo o El Campesino) cumplir la medida en la Penitenciaría Nacional La Victoria, aunque dejó la posibilidad de su libertad bajo fianza, mediante el pago de una garantía económica de 200 mil pesos.
De manera preliminar, el Ministerio Público calificó el caso como estafa, en violación al artículo 405 del Código Penal Dominicano.
Para cometer los hechos, De La Cruz se asoció con un hombre identificado como Francis El Grande, quien se encuentra prófugo, y otro cómplice hasta el momento no identificado.
Este grupo se dedicaba a interceptar a las víctimas cuando salían de entidades bancarias para estafarlas con la venta de un supuesto lingote de oro, conforme explicaron en audiencia los fiscales litigantes Luis Arias y Gloribel Heredia.
Detallaron que en marzo pasado engañaron con RD$250,000 a una mujer que salía de una sucursal bancaria ubicada en un centro comercial de la avenida John F. Kennedy. El primero en acercarse fue el hombre no identificado, quien le aseguró a la mujer que De la Cruz poseía un objeto de mucho valor, con lo que logró que la víctima se interesara y terminara asombrándose al observar el supuesto lingote de oro.
En ese momento, el prófugo Francis El Grande llegó al lugar a bordo de una yipeta y le dijo a la mujer que debía aprovechar la oportunidad y la invitó a subir al vehículo, junto con el vendedor fraudulento.
Los tres se dirigieron hacia una entidad bancaria en la que la víctima retiró RD$250,000 y los entregó al encartado a cambio del falso oro. Acto seguido, los hombres dejaron a su víctima en un lugar desconocido para ella.
Con el mismo modus operandi, en julio pasado estafaron a un hombre que salía de un banco en Arroyo Hondo. De la Cruz se le acercó y le preguntó cómo podía ubicar un negocio en el cual pudiera vender una pieza de oro; los otros dos se hicieron pasar por interesados en comprar el metal, pero de la Cruz simuló rechazar las ofertas y le pidió a la víctima que consiguiera RD$300,000.
El hombre entregó el dinero que llevaba en efectivo, luego retiró de otras dos entidades financieras y finalmente fue a su casa a buscar más, para reunir en total la suma de RD$278,000.
Según testifican los afectados, los malhechores les rociaron un polvo de una sustancia desconocida y así lograron que reaccionan positivamente a sus pretensiones.