La figura de la bruja, eterna protagonista en la gran pantalla

 (EFE).- Morticia, Samantha Stephens, Maléfica, La bruja mala del oeste o la “Gran Bruja”, son solo algunos de los personajes icónicos de la pequeña y gran pantalla en torno a la figura de las brujas. Personajes histriónicos, malvados y, sobre todo inteligentes, retratados de diferentes formas y que hacen que ser la maligna del cuento no siempre sea una mala opción.

Una figura tan antigua como lo es la simbología de la humanidad, que bajo poderes místicos se convierte también en protagonista de relatos y ficciones televisivas, además de serlo, en especial, durante los días próximos a la celebración del día de muertos.

No hay relato fantástico sin brujas, que ahora abandonan la imagen clásica de mujeres ancianas que vuelan sobre escobas y preparan pócimas para abanderarse de la elegancia y la sofisticación en la gran pantalla, sobre la que cambian de forma y apariencia, pero manteniéndose como protagonistas esenciales.

El mundo se rendía ante el uso del tecnicolor ante el estreno de “El maravilloso mago de oz” (1939), un relato fantástico que, aunque nació como un proyecto de fábula cinematográfica infantil, se acabó convirtiendo en una de las películas más conocidas de la historia del cine, en la que Margaret Hamilton interpretaba a la Bruja Mala del Oeste.

Además de sobrevolar los territorios de Oz en escoba, controlaba todo tipo de criaturas, y era cruelmente maligna. Todo antes de derretirse cuando la protagonista le lanza un cubo de agua, abriendo una puerta a la ficción sobre esta extraña forma de destruir brujas, además de dar, 64 años después, pie a “Wicked”, un musical centrado exclusivamente en su figura.

En una personalidad algo más amable y cómica, Cher, Susan Sarandon y Michelle Pfeiffer encarnan a las “Las brujas de Eastwick” (1987), un clásico del cine en el que invocan a un demonio encarnado por Jack Nicholson.

Quienes también cumplían religiosamente cada tópico referido a las brujas eran Sarah Jessica Parker, Bette Midler y Kathy Najimy en “El retorno de las brujas” (1993), una película infantil en la que las tres brujas vuelven a la civilización actual con el propósito de convertirse en inmortales, a menos que un grupo de adolescentes las derrote.

Este filme, con sus protagonistas malvadas y cómicas, no fue el único en marcar a la generación de los noventa, que sufrió el terror psicológico de “El proyecto de la bruja de Blair” (1999). Un largometraje independiente de tipo “amateur” que relata la historia de tres jóvenes cineastas y su desaparición mientras transitan “Las Colinas negras” para grabar un documental sobre “la bruja de Blair”, una leyenda local.

La película juega con el terror psicológico, y en ningún momento muestra en pantalla a la bruja, sino sus fatídicas consecuencias de fenómenos paranormales, jugando con las connotaciones de terror que, de forma colectiva, se asocian a las brujas, y recaudando 248 millones de dólares, convirtiéndose en una de las películas más rentables de la historia del cine.

En esta línea de puro terror se mantiene “La bruja” (2015), que también sigue la estela de un ser paranormal que habita un bosque, en el que se encuentra la granja de una pequeña familia que empieza a experimentar estos fenómenos. La cinta está considerada por los fans del género como “una de las mejores películas de terror de la década”.

Por el contrario, de carne y hueso, histriónica, elegante y, alejada del tópico de que las brujas son ancianas de naturaleza malvada, Angelina Jolie interpreta a una de las villanas más conocidas de Disney en “Maléfica” (2014).

Lejos de hacer el mal de forma deliberada, la película plantea la otra cara de los hechos de la clásica historia de Disney “La bella durmiente”, y pone sobre la mesa que, quizá los personajes que se entienden como malvados no lo son tanto, o quizás son los primeros en haber sufrido la crueldad del mundo.

También elegante e imponente es Anne Hatheway interpretando a “La Gran Bruja” en “Las brujas (de Roald Dahl)”, que aunque se estrena hoy, promete según las críticas un personaje que navega entre el Joker y una muñeca de terror.

Un papel que ya en 1990 interpretó Anjelica Huston en “Las Brujas”, además de ser el rostro por antonomasia de “Morticia” en “la Familia Adams”, un personaje sofisticado y muy culto, que habla idiomas, canta ópera y toca varios instrumentos musicales, además de ser el corazón de la peculiar familia. Y es que, después de todo, la historia es de quién la cuenta, y quizás las brujas no fueron tan malas.

María Muñoz

(c) Agencia EFE