La NBA sorprendió a todos sus actores cuando el pasado 23 de octubre filtraba su intención de empezar la nueva temporada el próximo 22 de diciembre, adelantando casi un mes la fecha que todo el mundo barajaba que era el 18 de enero, día de Martin Luther King.
Los planes de la liga obligan a pisar a fondo el acelerador y cerrar cuanto antes los acuerdos con sus los dueños de las franquicias, sus socios televisivos y, sobre todo, con el sindicato de jugadores, con el que todavía tiene que negociar el límite salarial de las franquicias de cara a la próxima temporada. Una cifra de la que dependerá la capacidad de los equipos para fichar jugadores.
Los equipos podrían tener un límite salarial en sus plantillas de 109 millones esta misma temporada, lo que supondría apenas tres millones menos de la cifra proyectada antes de la pandemia del coronavirus.
Además, existirá un crecimiento anual mínimo del dos por ciento en el tope salarial y el impuesto de lujo. Este aumento comenzará a funcionar desde la temporada 2021-22.
Fuente Marca.com