Las Fuerzas Armadas de Marruecos se han desplegado en la zona con el objetivo declarado garantizar la libre circulación tras semanas de bloqueo por parte de activistas saharauis y de “provocaciones” atribuidas desde Rabat al Frente Polisario, que por su parte ha avanzado que ha comenzado a “responder” a esta “agresión directa” y habla ya de “guerra”.
El Frente Polisario, que gobierna la autoproclamada República Árabe Saharaui Democrática (RASD), denunció el lunes el envío de fuerzas de Marruecos y ha señalado este viernes que las tropas han sido enviadas para reprimir a civiles que “se manifestaban pacíficamente”.
Por ello, ha hablado de “una agresión directa contra el pueblo saharaui”, que se sitúa a partir de ahora “en la posición de legítima defensa de la soberanía e integridad territorial de la RASD”, y ha resaltado que “el Ejército Popular de Liberación Saharaui ha comenzado a responder con la firmeza requerida a este incumplimiento y a la marcha hostil marroquí”.
Los incidentes son los de mayor gravedad desde 2016, cuando Marruecos inició unas obras de remodelación y asfaltado de una carretera en territorio formalmente bajo control del Polisario. Tanto Marruecos como los saharauis enviaron fuerzas armadas a la zona, si bien se retiraron tras la intervención de la ONU para evitar una escalada.
Guergarat se encuentra bajo control de Marruecos y es el principal puesto fronterizo con Mauritania. Rabat considera la zona entre el puesto y la frontera con Mauritania como ‘tierra de nadie’, mientras que el Frente Polisario lo considera territorio propio y que así lo recoge el acuerdo de alto el fuego firmado por ambas partes en 1991.