Infobae. Internacional.- Los países centroamericanos se preparaban este sábado para la arremetida de un nuevo huracán, días después de que el ciclón Eta dejara más de 200 muertos en la región.
La tormenta tropical Iota se encontraba este sábado en el Caribe avanzando lentamente hacia América Central, que podría comenzar a sentir sus efectos a partir de este domingo, según el Instituto Meteorológico Nacional (IMN) de Costa Rica.
“Iota seguirá fortaleciéndose de manera constante en su paso por el mar Caribe, se espera que alcance la categoría de huracán este fin de semana”, según el reporte del IMN, basado en proyecciones del Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos.
“Hasta el jueves, fuertes lluvias de Iota podrían provocar inundaciones repentinas y crecidas de ríos que amenazan la vida en porciones del norte de Colombia y América Central”, advirtió este sábado el NHC en un reporte.
El centro estadounidense añadió que “inundaciones y deslaves en Honduras y Nicaragua podrían verse exacerbados por los efectos recientes de Eta, resultando en impactos significativos”.
Las autoridades hondureñas comenzaron a evacuar a miles de pobladores del valle de Sula, en los alrededores de San Pedro Sula, 180 km al norte de la capital, la zona más golpeada por Eta.
Al mismo tiempo, el gobierno ordenó descargar agua de la principal represa hidroeléctrica de Honduras ante el peligro de que se desborde con las lluvias de Iota y se inunden San Pedro Sula y localidades vecinas.
Rumbo repetido
Si mantiene su rumbo el nuevo ciclón tocará tierra cerca del Cabo Gracias a Dios, entre Honduras y Nicaragua, al igual que Eta, que sembró muerte y destrucción desde Guatemala hasta Panamá.
Se calcula que en la zona de Cabo Gracias a Dios viven unas 2.000 personas, muchas de las cuales ya habían sido evacuadas por Eta.
En la comunidad de Bihmuna, en el Caribe Norte de Nicaragua, las autoridades empezaron a evacuar a unas 1.600 personas el viernes, según informes de las autoridades del municipio de Waspam.
“Es una emergencia grande para el municipio de Waspam”, una zona habitada por indígenas, dijo el viernes la alcaldesa de la localidad, Rose Cunnigham, a una emisora local. “Por eso hay que buscar cómo resguardarse”.
Eta provocó inundaciones y deslaves que afectaron a 2,5 millones de personas y dejó más de 200 fallecidos, según organismos de protección civil centroamericanos.
En Guatemala, que registró más de un centenar de muertos por ese ciclón, el presidente Alejandro Giammattei dijo este sábado que el país tendrá mayores lluvias a partir del miércoles en los departamentos de Alta Verapaz, Petén (norte), Izabal (noreste), Quiché, Huehuetenango (oeste) y Zacapa (este), ya golpeados por Eta.
El mandatario guatemalteco pidió a la población evitar dirigirse a esas provincias durante los días más lluviosos por posibles deslizamientos y derrumbes en las carreteras.
El cambio climático produce un aumento de temperatura en las capas superficiales de los océanos, lo cual genera huracanes y tormentas más poderosos y con mayor cantidad de agua, constituyendo una amenaza más peligrosa para las comunidades costeras, según estudios del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).