La junta electoral de Michigan, uno de los estados claves en los comicios presidenciales del pasado 3 de noviembre en EE.UU., certificó este lunes la victoria del demócrata Joe Biden en este estado, pese a las presiones del mandatario saliente, Donald Trump, para que se retrasara este proceso.
Tras revisar el informe del Buró de Elecciones de Michigan, que mostró que Biden ganó en este estado por 154.000 sufragios frente a Trump, la junta, compuesta por dos demócratas y dos republicanos, corroboró el triunfo de Biden con tres votos y una abstención.
El viernes, Trump recibió en la Casa Blanca a legisladores republicanos de Michigan para presionarles para que no se produjera la oficialización de la victoria de Biden en este estado, que aporta 16 delegados al Colegio Electoral.
La formalización de los resultados en Michigan se produce tras una semana de drama electoral, en la que el comité encargado de llevar a cabo el escrutinio en el condado de Wayne, el mayor del estado, bloqueó los resultados por discrepancias entre el número de sufragios emitidos y la cifra de electores que concurrieron a las urnas.
Una de los dos miembros republicanos de dicho comité, Monica Palmer, dijo el jueves pasado al diario The Washington Post que Trump la llamó el martes por la noche, justo después de que ella y el otro apoderado hubieran certificado la victoria de Biden en su distrito.
Al día siguiente de la llamada de Trump, Palmer y el otro apoderado republicano de ese condado anunciaron que querían retirar su certificación de los resultados.
Palmer aseguró que no sintió presión del presidente para cambiar de postura y que este solo le expresó “preocupación por su seguridad”, debido a los presuntos mensajes amenazantes que la apoderada dijo haber recibido ese día.
La llamada de Trump llegó después de una tensa jornada en la que Palmer y el otro republicano de la junta, William Hartmann, se negaron inicialmente a certificar los resultados de las elecciones en Wayne.
Sin embargo, ambos accedieron a hacerlo finalmente, tras una fuerte polémica en la que les acusaron de intentar obstaculizar el sufragio de los afroamericanos, que son mayoría en Detroit y respaldaron en masa a Biden, y que históricamente han enfrentado trabas para votar en todo EE.UU.
La campaña de presión por parte de Trump aumentó el viernes cuando el presidente saliente invitó a varios legisladores republicanos de Michigan a la Casa Blanca.
Aun así, a la salida del encuentro el presidente de la Cámara Baja estatal, Lee Chatfield, y el líder de la mayoría conservadora en el Senado del estado, Mike Shirkey, afirmaron que no habían visto nada que pudiera alterar el resultado de las elecciones.
Mientras, el sábado, las líderes del Comité Nacional Republicano, Ronna McDaniel, y del estatal, Laura Cox, enviaron una carta exigiendo que se aplazara el proceso de certificación de los resultados en Michigan hasta que se llevara a cabo una auditoría.
Entretanto, en Pensilvania, las autoridades continúan con el proceso para certificar los resultados en este estado clave y este lunes expira el plazo para que cada condado oficialice los suyos, aunque hay cuatro que podrían no tenerlos, según medios locales.
Fuente: EFE