Barcelona, EFE.- “Bailando en la batalla” define a la perfección la filosofía de vida de Nil Moliner aplicada a la crisis del coronavirus, aun cuando el músico eligió este título para su álbum justo antes de la pandemia y el disco “ha estado todo este tiempo confinado, como las personas”, ha lamentado el intérprete en una entrevista con Efe.
Para solventarlo, el catalán ha decidido “darle nueva vida” a su primer disco, con una segunda edición en la que ha añadido nuevas versiones con artistas invitados y dos temas inéditos.
Este segundo intento se llama “Bailando en la batalla. Ahora más que nunca” y es un doble CD que incluye, además de su primer álbum al completo, un segundo disco con, entre otros temas, un remix de “Bailando” hecho por Garabatto, con sonidos caribeños y la voz de Lennis; una segunda versión de “Mis Cicatrices”, en la que colabora Álvaro de Luna; y una nueva grabación de “Mi Religión”, con Lourdes, una chica que ganó un concurso de TikTok.
La colaboración con Lourdes es especialmente significativa porque Nil Moliner era hace no tanto lo que es ahora ella: una persona joven con talento, que canta temas de sus artistas preferidos mientras espera que llegue el momento de interpretar sus propias composiciones.
Nil Moliner empezó con 15 años cantando por los bares canciones de Pereza, Fito & Fitipaldis, Dani Martín o M-Clan, hasta que hace dos años se dio a conocer por su participación en “Operación Triunfo” y por su canción “Sale el sol”, que se hizo viral.
Ya en 2019, el cantante lanzó cinco singles, entre ellos “El despertar”, “Soldadito de hierro” y “Mi religión”, que tuvieron millones de reproducciones en las redes, y Moliner vio claro que había llegado el momento de grabar su primera disco de larga duración.
“El confinamiento fue un palo muy duro, porque llegó justo cuando estábamos a punto de presentar el disco y teníamos una gira mundial cerrada que se tuvo que anular”, recuerda este animal escénico, que reconoce estar “enganchado” a los conciertos y se dedica a la música “por los directos”.
“Toda la gente que tenía que participar en esa gira se quedó sin trabajo y yo me confiné solo en casa, pero enseguida vi claro que no podía estar solo tanto tiempo y me fui a casa de mis padres”, recuerda.
Pero si algo caracteriza a Nil Moliner es su espíritu alegre y su capacidad para ver el lado positivo de la vida, así que buscó una salida a través de las redes y empezó a utilizarlas para compartir su música y conectar con su público.
“Hice ‘zooms’ con mis seguidores y me lo pasé muy bien hablando con la gente, aunque fuera a distancia”, rememora, pero Moliner es inquieto y activo, así que también hizo muchas otras cosas, como participar en el festival por Instagram “Yo me quedo en casa” y sacar a la luz dos temas nuevos, que ahora ha incluido en el disco.
“La Bestia” habla del poder de la música, “algo que se pudo ver claramente durante el confinamiento, porque la música nos salvó”, y “Calma” narra cómo dos personas se conocen en un bar, sienten atracción sexual el uno por el otro y se van juntos a la cama.
“Conocerse en una fiesta e irse juntos a la cama es justo lo que ahora es muy difícil que pase -reconoce-, pero creo que esta canción ayuda a ser optimistas porque te conecta con esas buenas sensaciones que teníamos antes de la pandemia, cuando pasaban estas cosas”.
En su opinión, “hay que ser positivo, no se puede hacer otra cosa si no queremos que la pandemia gane. Es una batalla, de acuerdo, pero podemos bailarla”.