El confinamiento y las restricciones impuestas por las autoridades desde el pasado 20 de marzo por la pandemia del coronavirus, han desatado actividades y festividades masivas clandestinas que están aumentando los contagios de la enfermedad.
Pese a las prohibiciones, las peleas ilegales de gallos, cumpleaños, fiestas con artistas, dj, en lugares privados y públicos, que en la mayoría de los casos sobrepasan el horario del toque de queda.
La situación es tan alarmante, que el ministro de Salud, Plutarco Arias, reaccionó asombrado por las aglomeraciones que se dan en las peleas de gallos clandestinas y las fiestas callejeras, que están disparado el número de contagio por COVID19.
Estos encuentros multitudinarios se dan sin respetar el distanciamiento social, establecido en dos metros, sin mascarillas y con roce de los concurrentes, sea bailando, escuchando música o socializando.
Las zonas donde más se producen peleas de gallos son los pueblos del Cibao, aprovechando campos y terrenos baldíos pocos visibles.
Pareciera que no son suficientes los patrullajes y vigilancias de militares y policías responsables del cumplimiento del toque de queda.
En los últimos tiempos se está una especie de desafío a las reglas establecidas y la pérdida de miedo a la enfermedad