Washington, 6 ene (EFE).- El mandatario de EE.UU., Donald Trump, intentó convencer este miércoles por Twitter a su vicepresidente, Mike Pence, de que rechace la confirmación de la victoria electoral de Joe Biden en la sesión de certificación de hoy en el Congreso, algo que no tiene precedentes y que no tendría valor legal.
Según las leyes que rigen el proceso electoral de EE.UU., ambas cámaras del Congreso deben reunirse este día en una sesión conjunta para abrir y contar los certificados de los votos electorales correspondientes a cada estado del país.
La sesión, que debe estar dirigida por el vicepresidente estadounidense -en este caso, el republicano Mike Pence-, normalmente es una mera formalidad para validar unos resultados que corroboró el Colegio Electoral, que se reunió el pasado 14 diciembre en cada estado y ratificó la victoria de Biden en las presidenciales de noviembre.
“Los estados quieren que se corrijan los votos, que saben que están basados en irregularidades y fraude, además de un proceso corrupto que no recibió apoyo legislativo. Todo lo que Mike Pence tiene que hacer es enviar (los votos del Colegio Electoral) de vuelta a los estados y GANAREMOS. Hazlo, Mike ¡Es el momento de la valentía extrema!”, animó Trump en un tuit.
Según el gobernante, que perdió las elecciones de noviembre frente al demócrata Joe Biden, pero no quiere admitir su derrota, “los estados quieren que se rehagan las votaciones. Han hallado que se votó en FRAUDE. Las legislaturas (estatales) nunca las aprobaron. Dejemos que lo hagan ¡SEAN FUERTES¡”.
Todos los estados, incluidos aquellos dominados por republicanos, han negado la presencia de fraude electoral masivo y sus Gobiernos han confirmado el escrutinio, con lo que no es necesario que se pronuncien los legislativos estatales, como argumenta Trump.
El mandatario se ha resistido a la victoria de Biden en las elecciones desde que en noviembre quedó claro que había obtenido más votos que el presidente en los estados clave para confirmar la mayoría de los 538 votos electorales asignados los 50 estados de la Unión.
Desde entonces, el presidente y un equipo legal menguante ha perdido todas las acciones judiciales para desafiar el resultado electoral en los estados más importantes, como Arizona, Georgia, Michigan, Nevada, Pensilvania o Wisconsin, hasta que el 14 de diciembre todos los estados del país certificaron a qué candidato asignaban sus compromisarios del Colegio Electoral con base en el escrutinio.
Ese día quedó claro que Biden obtuvo 306 de los 270 compromisarios necesarios para ser el próximo presidente de Estados Unidos a partir del 20 de enero.
Normalmente, la ceremonia que se celebra hoy y que preside el vicepresidente en el Congreso no ha sido más que un trámite en el que se rubrica la decisión del Colegio Electoral en cada estado, certificando así la victoria del ganador de la elección presidencial.
El vicepresidente actúa como mero maestro de ceremonias y solo los congresistas o senadores pueden elevar dudas sobre el conteo en ciertos estados, algo que varios legisladores ya han anunciado que harán hoy, pero que no prosperará ya que está garantizada una mayoría simple para resolver esas dudas de los más fieles aliados de Trump en el Legislativo.
Nunca antes en la historia del país un vicepresidente se ha negado a poner su firma a la decisión del Colegio Electoral, algo que si sucede pondría al país en territorio desconocido al desafiar a la enmienda XII de la Constitución y a buen seguro desataría una batalla legal que llegaría al Tribunal Supremo.
Según el diario The New York Times, Pence ha comunicado a Trump que no tiene el poder de bloquear la certificación de la victoria electoral de Biden y que no tiene intención de oponerse en la ceremonia de hoy.