Laura Parra.- El servicio de transporte dominicano siempre ha sido objeto de críticas que van desde el mal estado de las unidades, pasando por las tarifas abusivas, hasta llegar a la mala educación del conductor.
Uber fue una respuesta a esas críticas, ya que te permite disponer de un vehículo nuevo, a través de una plataforma en la que ya queda establecida una tarifa razonable, una ruta registrada en la app y además te permite valorar el servicio del chofer, lo que hace que estos pulan mucho más su servicio al cliente.
Para los usuarios ha sido una bendición, pero para los sindicatos de taxis la apertura a las nuevas tecnologías les ha robado una buena parte del negocio, y debido a los recortes de turistas por la cuarentena, se están aferrando a los reglamentos para expulsar de su zona a quienes no estén registrados en el Instituto de Tránsito y Transporte (Intrant), como conductores de vehículos públicos.
“Nosotros como taxistas turísticos de la República Dominicana lo único que demandamos es el cumplimiento de la ley en las 63-17 entonces todo el mundo debe estar regulado y cumplir con las leyes”, es la posición de Santiago Zamora, presidente de la Confederación Dominicana de Taxistas Turísticos.
Se refiere a la ley 63-17 de la cual se quieren valer para expulsar a los choferes de 4 aplicaciones de su territorio, que exige a los taxistas estar inscritos en el Registro Nacional de Vehículos de Motor. Pero esta misma ley dice en su artículo 6 numeral 15 que uno de sus principios es el resguardo y defensa de la leal competencia comercial frente a prácticas monopólicas o de posición dominante de mercado sin perjuicio de los contratos existentes.
“Yo realmente llevo dos meses haciendo UBER y tenía siete meses sin trabajar entonces la llegada de UBER aquí en la zona de Bávaro Punta Cana realmente para mí es una luz al final del túnel porque no tenía ya sustento para sobrevivir para la familia entonces la llegada de UBER realmente ha sido un ángel del cielo”, expresa un conductor de Uber al ser entrevistado.
Uber en realidad inició operaciones en Bávaro y Punta Cana hace apenas 4 meses, aunque opera en la República Dominicana desde 2015.
Dos años después de su apertura, el Parlamento aprobaría la ley 63-17 que regula los servicios privados de transporte de pasajeros y que sirvió para dar amparo legal a la actividad de plataformas como Uber, Cabify, Lyft y otras.
Luego por presión de los 13 sindicatos de choferes del país del que forman parte más de 15 mil conductores, en 2018 el INTRANT en su resolución 010-2018 decidió prohibir la entrada a las instalaciones hoteleras a los conductores de plataformas online, ya que los taxistas turísticos que llevaban décadas ejerciendo el oficio, empezaron a ver como su clientela prefería buscar en su celular y no en la calle quien les llevara a su destino, para poder ahorrarse un dinerito usando un servicio al que ya están acostumbrados.
“Uber entra porque hay espacio para un servicio de tarifa, un servicio rápido, sobre la mecánica de una aplicación, yo creo que tanto Uber como cualquier plataforma electrónica, creo que hay el espacio y definitivamente hay clientela que se siente cómoda con ese instrumento para recibir un servicio”, explica Andrés Marranzini, Vicepresidente de la Asociación de Hoteles y Turismo de la República Dominicana (Asonahores).
“De repente hemos visto esta invasión de Uber que ha llegado ya hace siete años a República Dominicana. Anteriormente teníamos amenaza de gente que intentaba siempre entrar en lugares donde se está trabajando organizadamente porque no es que nadie está reclamando territorio porque el territorio no se vende”, opinó al respecto William Pérez Figuereo, Presidente Central Nacional de Transportistas Unificados.