Un total de 1,502 personas han sido detenidas este domingo durante las manifestaciones para exigir la liberación del opositor ruso, Alexéi Navalni, realizadas en las principales ciudades rusas.
Navalni fue arrestado hace dos semanas tras regresar de Alemania, donde pasó cinco meses convaleciente tras sufrir un envenenamiento.
La ciudad en la que se han producido más arrestos es Moscú, donde la organización civil OVD contabiliza 307 detenciones, seguida de Krasnoyarsk, en Siberia, donde han sido arrestadas 147 personas; Vladivostok, con 117 detenidos, y Novosibirsk, con 99. En San Petersburgo son 97 los detenidos. Había manifestaciones convocadas en más de un centenar de ciudades, según el equipo de Navalni.
En Moscú, la Policía antidisturbios ha cerrado el centro de la capital con vallas para evitar la principal concentración de apoyo al líder opositor ruso. El objetivo era alcanzar la sede del Servicio Federal de Seguridad ruso, a quien Navalni acusó de orquestar su intento de asesinato el pasado mes de agosto.
La acción policial ha llevado a los organizadores a señalar a los simpatizantes nuevos puntos de encuentro. En este sentido, cientos de personas se están dirigiendo ahora a la estación de Krasnye Vorota, donde también han comenzado a llegar efectivos de la Policía.
Navalni, de 44 años, fue detenido el 17 de enero al regresar a casa desde Alemania, donde se recuperó de un envenenamiento por un agente casi fatal que él y Occidente atribuyeron al servicio secreto de Putin.
Su encarcelamiento provocó llamamientos de la comunidad internacional para su liberación inmediata, incluida una apelación esta semana en una llamada telefónica del presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
El pasado fin de semana, manifestaciones a nivel nacional pidieron la liberación del político ruso y, según las estimaciones de OVD, unas 3, 700 personas fueron detenidas el sábado en distintos puntos de Rusia, entre ellas más de 1,400 en Moscú y más de 550 en San Petersburgo. Más de 40 policías resultaron heridos en estas protestas, que carecían de permiso oficial.
Putin ha rechazado cualquier responsabilidad de las autoridades rusas en el supuesto envenenamiento sufrido por Navalni y ha apelado al “marco de la ley” para la convocatoria de cualquier movilización a favor del opositor en el país euroasiático.