Hace más de dos años, Irina Baeva y Gabriel Soto, compañeros de reparto en la serie Vino el amor, decidieron poner fin a los rumores, y anunciaron que habían empezado una relación.
El romance comenzó antes de que el actor mexicano se divorciara de la conductora Geraldine Bazán, madre de sus dos hijas. Así que la intérprete rusa se convirtió para muchos en la tercera en discordia, la villana del cuento, y en “la mujer ambiciosa” que destrozó una familia.
El escándalo mediático que supuso el noviazgo fue una carga demasiado pesada para Irina Baeva, quien recibió amenazas, insultos y ataques constantes. Su decisión, la hizo pagar “un precio muy alto”, y por primera vez, la artista rompió en llanto frente a las cámaras y se derrumbó al narrar lo difícil que ha sido su vida desde entonces.
En entrevista con Yordi Rosado, la intérprete de Pasión y Poder, abrió su corazón y habló con sinceridad de su relación con Gabriel Soto, con quien está comprometida desde el pasado mes de octubre. Sin poder contener las lágrimas, confesó que hoy en día cree que su historia de amor comenzó de forma precipitada.
Tras la polémica, la estrella rusa comenzó a recibir amenazas. Además, leía cada nota que escribían en los medios de comunicación, y cada mensaje ofensivo que le enviaban en redes. Los ataques continuos la “destrozaron” y reavivaron sus inseguridades.
“Me llegaron amenazas hasta mi casa. Yo recibí de esos papeles de película, donde vienen pegadas las letras de revista, de ‘muérete’. Llegó a tal grado que me ponían ‘muérete’, ‘mátate’. Exponían a mi familia, exponían a mi hermana. Inventaban noticias que mi hermana y yo éramos unas ambiciosas, que no teníamos nada en la vida, que nos queríamos casar solo por dinero… Empezaron a publicar y a filtrar cuentas, fotos de mi papá, burlándose de mi familia. Me da pavor dar entrevistas… Es muy complicado porque… No quiero decir nada porque lo que diga, lo que haga, nada encaja. Nada le parece a nadie”, expresó la actriz, desbordada.
“De pronto, de adolescente, de chiquita, sufría de inseguridad. Entonces, alguien pone ‘gorda’, ‘nariz’, ‘horrible’. Se han burlado de todo lo que yo soy, física y emocionalmente me han destrozado desde aquí (la cabeza) hasta la punta de los pies”.
El escándalo la llevó a desconfiar de todo el mundo, incluso de quienes se detenían y la observaban cuando paseaba por la calle. Hubo un momento en que llegó a creerse todo lo que se decía de ella, y esto la sumió en una profunda crisis de identidad. Gracias a su hermana pudo superar ese episodio, y entendió que no era la persona cruel que aseguraban en redes sociales.
“Te juro es algo muy raro porque tu mente hace un juego muy ridículo y te empiezas a creer todo lo que te están diciendo. Y yo decía: ‘¿Será?’, ‘¿será que yo me metí?’, ‘¿será que yo destrocé?, ‘¿será que yo estuve ahí e hice mal?’. ‘¿Será que efectivamente soy lo que la gente dice que soy?’ Aparte yo desde chiquita he sido una niña muy insegura y me ha costado muchísimo trabajo superar todas mis inseguridades”.
Según Baeva, su intención nunca fue hacer daño a nadie, y por eso le pidió a Gabriel Soto que organizara un encuentro con Geraldine Bazán para hablar en persona con ella. Sin embargo, nunca ocurrió.
“Yo quise ir a hablar con Geraldine. Yo se lo pedí a Gabriel. Nunca se dio. Mi intención nunca fue lastimar a nadie, y como te repito, a lo mejor fue una decisión, fue una decisión de los dos. Y estoy segura y aquí sí puedo hablar, la intención de ninguno de los dos era lastimar a nadie. Yo pedí hablar personalmente con ella porque a mí no me gusta llevar las cosas al medio del espectáculo. Yo creo que se tiene que hablar frente a frente, toda la gente que me conoce te dirán que yo sé hablar de frente. Nunca se dio”, agregó.
La actriz rusa explicó que conoció a Gabriel Soto en el set de rodaje de Vino el amor, que fue su primer protagónico. Entonces, él seguía casado y ella estaba en una relación con Emmanuel Palomares, de quien se sentía muy enamorada.
Durante la grabación de la telenovela, que se emitió entre 2016 y 2017, no ocurrió nada con su compañero de reparto. Los dos compartieron muchas horas de trabajo, y como amigos, charlaban a ratos; pero nada más.
“Como cualquier compañero, nos contábamos cosas, compartíamos el set 24/7. Llevas 11 meses grabando la novela, te agarras la confianza y todo, empezamos a trabajar en la obra de teatro, que es aún mucha más convivencia y era un mes de gira. Nunca pasó nada. De nada, de nada”, explicó Irina.
Entonces, “en algún momento”, surgió lo que ella llamó “empatía”; e insistió en que cuando comenzaron a salir, él ya se estaba separando de Geraldine Bazán.
“Conectábamos mucho, placticábamos mucho, y Gabriel es la persona que da el primer paso. Me dice ‘mira, hay un interés de por medio, me gustas, pero quiero que sepas…’ con toda la honestidad y transparencia me lo dijo desde el día uno, ‘…quiero que sepas que me estoy separando”, recordó la famosa.
“En ese momento, en respuesta a esa sinceridad y esa honestidad con la que él me dijo que se estaba separando yo le dije ‘ok’, pero para mí eran importante dos cosas: ‘uno, yo no voy a estar con una persona a medias, que tenga cosas inconclusas. Y dos, si tú quieres tomar una decisión drástica como tú la quieres tomar, es por ti. No es por mí, no es porque me voy contigo. No es por nada. Tú y yo eso ya lo veremos”, agregó.
Cuando finalmente revelaron que sí estaban juntos, la noticia desató la indignación. Muchos apoyaron a Geraldine Bazán, quien además, reaccionó de una forma que pocos imaginaban. Según la conductora mexicana, cuando enfrentó al padre de sus hijas por su relación con Irina, él le dijo: “Es solo un consuelo, la veo de vez en cuando”.
En este sentido, Yordi Rosado le preguntó a la protagonista de Vino el amor si al principio le dio miedo que el actor no fuera en serio con ella, y solo quisiera “ligársela”.
“Sí me dio miedo. Es más, era tanta mi inseguridad en ese sentido que no se lo platiqué a nadie. Nadie lo sabía. […] En algún momento lo dudé y no me metía mucho. Yo no preguntaba ‘¿y cómo va?’. Yo elijo creer, elijo confiar y elijo creer. Pero no puedo responder con certeza. Él me platicó su versión de la historia. Algunas cosas, otras no”.
A pesar de que reconoce que cometieron “errores”, su relación se basó en la confianza, la sinceridad y el respeto. Y gracias a eso, hoy son felices y pasarán pronto por el altar.
“Hubo muchos errores, se hijo, se dijo, fue todo un proceso. Un divorcio puede ser muy largo y muy complicado. Lo hizo por él, y nosotros estamos felices. Estamos en una relación solida, basada más que nada en confianza y transparencia. En transparencia desde el día uno, de ‘yo estoy en una situación así’. De estar en una relación de compromiso el uno con el otro. Y tan es así, y tan es la situación, que nos vamos a casar y vamos a formar una familia”.