(EFE).- El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, y la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, discutieron este lunes en una conversación teléfono la situación de la pandemia tanto en Norteamérica como en el resto del mundo así como las normativas de “Comprar Estadounidense” (Buy American) del Gobierno federal de EE.UU.
La conversación entre Trudeau y Harris es la primera que la vicepresidenta estadounidense mantiene con un líder extranjero desde que tomó posesión del cargo.
La Oficina del Primer Ministro de Canadá también indicó en un comunicado que Harris “recordó con cariño los años que pasó en Montreal, ciudad a donde se trasladó desde California cuando tenía 12 años de edad después de que su madre, Shyamala Gopalan Harris, fuese contratada como investigadora del cáncer de mama y profesora por la Universidad McGill.
Kamala Harris regresó a los Estados Unidos cuando tenía 16 años.
Trudeau indicó a Harris que desea “trabajar con la Administración estadounidense en prioridades comunes, incluida la lucha contra la pandemia de la covid-19 a través de una estrecha colaboración en fronteras y acceso a vacunas, y reconstruyendo mejor”.
“Reconstruyendo mejor” (Build Back Better) es el plan económico desarrollado por la Administración del presidente Joe Biden para impulsar el sector manufacturero estadounidense mediante la compra de productos nacionales.
Trudeau también señaló su interés en fortalecer las relaciones bilaterales, “la cadena de suministro y las consecuencias no deseadas de las políticas de Comprar Estadounidense”.
Canadá ha expresado su preocupación sobre que “Comprar Estadounidense” pueda suponer la exclusión de productos canadienses como acero y aluminio en las compras de empresas estadounidenses.
Durante la conversación, Trudeau y Harris también se mostraron de acuerdo en “la centralidad de los principios democráticos y el respeto por la ley y la justicia como valores que Canadá y Estado Unidos comparten” y en la necesidad de aumentar la confianza en el Gobierno “a través de una mayor transparencia y eficaz prestación de servicios”.
El comunicado no hizo mención a la rápida decisión de la Administración Biden de cancelar el proyecto Keystone XL, el oleoducto de una compañía canadiense que estaba destinado a exportar a Estados Unidos centenares de miles de barriles de crudo canadiense a las refinerías de Estados Unidos.
Grupos medioambientales e indígenas se oponían al proyecto que fue rechazado inicialmente durante la presidencia de Barack Obama pero que fue aprobado en 2017 cuando Donald Trump llegó a la Casa Blanca.
En cambio, las autoridades canadienses dijeron que “el primer ministro y la vicepresidenta valoraron positivamente las oportunidades para la cooperación entre Canadá y Estados Unidos para el liderazgo en la lucha contra el cambio climático”.