Se propagan de forma muy rápida y a través de las redes, y no son los virus, son los bulos sobre la COVID y sus vacunas. Se trata de un suma y sigue que difunde ideas tan peregrinas como que los antivíricos aprobados contra el coronavirus causan esterilidad o alteran nuestro ADN.
Pedagogía, rápidez, claridad, trasparencia, imaginación, incluso humor , y fuentes científicas y sanitarias son herramientas imprescindibles para desmontarlos.
Estos son los 10 bulos más extendidos sobre la vacuna contra la COVID-19 desmontados por el Instituto #SaludsinBulos y el Instituto Balmis de Vacunas.
1.- La vacuna existe desde 2001: la vacuna que existe desde 2001 es para el coronavirus en perros, no para la COVID-19.
2- Quieren inyectar chips a través de la vacuna: no existen nano-bots o chips de un tamaño tan pequeño que entre en la cánula de una aguja hipodérmica.
3- Puedes comprarla online: cada una de las vacunas contra la COVID-19 está localizada desde la fábrica.
Vacunas COVID: bulos sin fin
4- Las vacunas con ARN mensajero pueden alterar nuestro ADN: las vacunas de ARN no pueden, de ninguna forma, alterar nuestro ADN. Su función se limita a introducir unas instrucciones para que nuestro propio organismo produzca el antígeno.
5- Causa esterilidad: no existe ninguna referencia a la esterilidad en los estudios revisados por las autoridades sanitarias ni ningún posible motivo que pudiera causarla.
6- Se extrae de células de fetos abortados: los virus atenuados que contienen las vacunas se cultivan en células de origen humano que son extraídas de las llamadas líneas celulares, procedentes de otras células. En los años 60 se utilizaron fetos para alguna de esas líneas pero ya no es así.
7- La vacuna contiene Luciferasa, sustancia “diabólica”: a pesar de que su nombre recuerda al diablo Lucifer, la luciferasa no sólo es un reactivo inofensivo para la Salud sino que no se ha usado en la vacuna contra la COVID.
¿Vacunación obligatoria?
8- Se ha impuesto la vacunación obligatoria: la vacunación es voluntaria y ninguna Administración puede obligar a ponerla.
9- Las vacunas no son seguras: las vacunas que son aprobadas han cumplido con todos los requisitos de seguridad y eficacia que obligan a pasar las administraciones sanitarias (como la EMA en la Unión Europea y la FDA en Estados Unidos) y que son de accesos públicos.
10- La vacuna destruye nuestro sistema inmune de forma permanente: el sistema inmunológico se activa debido a la vacuna, como lo hace de manera natural una infección, aunque con la seguridad de que no se trate de virus activos.
Desde que se conocen las vacunas no hay ninguna evidencia de que las vacunas perjudiquen el sistema inmune.
Desmontando bulos
Pedagogía, rápidez, claridad, trasparencia, imaginación, incluso humor , y fuentes científicas y sanitarias son herramientas imprescindibles para desmontar los bulos.
Porque los bulos tienen una parte sensacionalista y de “exclusividad” de la que carece la información veraz; emplean la incorreción, el humor, elementos gráficos…
Así lo han puesto de manifiesto Carlos Mateos, Coordinador de #SaludSinBulos; César Nombela, Catedrático de Microbiología de la Universidad Complutense de Madrid, y Marián García, la divulgadora Boticaria García, en el coloquio virtual que sobre este tema ha organizado el Consejo General de Colegios Farmacéuticos.
Los tres han coincidido en señalar que el paciente está en Google y obliga a los sanitarios a anticiparse a las dudas y a la información falsa y su papel es “clave” en esta tarea.
Hay que tener en cuenta, han concluido, que vivimos en una sociedad muy mediática, con gran profusión de mensajes cruzados que confunden a mucha gente.
Fuente: EFE