Las autoridades estadounidenses responsabilizaron este viernes al príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salmán, del asesinato del periodista Jamal Khashoggi y sancionaron a más de 70 saudíes, sin incluir al propio príncipe.
“Evaluamos que el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salmán, aprobó la operación en Estambul, Turquía, para capturar o matar al periodista saudí Jamal Khashoggi”, asegura un informe de los servicios de Inteligencia de Estados Unidos, que se filtró desde hace tiempo a los medios, pero que aún no había sido publicado oficialmente.
El anterior presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se negó a publicar el informe, pero su sucesor, Joe Biden, quien ha dicho que pretende reevaluar las relaciones con Riad, decidió hacerlo, no sin antes llamar al rey saudí, Salmán bin Abdulaziz, este jueves.
En el comunicado sobre la llamada distribuido por la Casa Blanca no se hacía alusión alguna a Khashoggi, quien fue asesinado el 2 de octubre de 2018 en la embajada saudí en Estambul.
BIN SALMÁN CONTROLABA LA TOMA DE DECISIONES
El informe, de dos páginas, indica que cuando ocurrió el asesinato, Bin Salmán controlaba el proceso en la toma de decisiones en el reino; que en el caso están implicados directamente asesores y miembros de su seguridad personal; y que él ha apoyado el uso de medidas violentas para acallar a disidentes en el extranjero.
“Desde 2017, el príncipe heredero ha tenido un control absoluto de las organizaciones de seguridad y de Inteligencia del reino, lo que hace altamente improbable que funcionarios saudíes llevaran a cabo una operación de esta naturaleza sin la autorización del príncipe”, subraya el texto.
El informe indica que durante la época en que Khashoggi fue asesinado, Bin Salmán probablemente fomentó un ambiente en el que sus asistentes temían fracasar en los cometidos que se les encargaba, ante la posibilidad de ser despedidos o arrestados.
“Esto sugiere que es improbable que los ayudantes cuestionaran las órdenes de Mohamed bin Salmán o que emprendieran acciones delicadas sin su consentimiento”, reza el texto.
MIEMBROS DE LA PROTECCIÓN PERSONAL DEL PRÍNCIPE HEREDERO
Entre el grupo enviado a Turquía a asesinar al periodista, que había sido atraído bajo engaño a la embajada saudí, había siete miembros del equipo de seguridad personal de Bin Salmán, conocido como Fuerza de Intervención Rápida, una rama de la Guardia Real saudí encargada de proteger al príncipe heredero y que solo responde a sus órdenes.
Tras la difusión del informe, el Departamento del Tesoro de EE.UU. anunció sanciones contra el cabecilla de la operación, el exsubdirector general de Inteligencia de la Presidencia saudí Ahmad Hasan Mohamed al Asiri, y contra la propia Fuerza de Intervención Rápida.
El Departamento de Estado, por su parte, informó de restricciones de visado contra 76 saudíes, que sospecha han estado involucrados en este caso o en “amenazas a disidentes en el extranjero”.
El secretario de Estado, Antony Blinken, dijo en un comunicado que su Gobierno quiere “dejar absolutamente claro que las agresiones y amenazas extraterritoriales de Arabia Saudí contra activistas, disidentes y periodistas deben acabar”.
“Mientras que Estados Unidos sigue comprometido en su relación con Arabia Saudí, el presidente Biden ha dejado claro que la colaboración debe reflejar los valores de Estados Unidos”, agregó.
Más tarde, en una rueda de prensa, Blinken añadió que su Gobierno está revisando las ventas de armas a Riad tras la difusión del informe.
“Estamos revisando estas ventas de armas y nos estamos asegurando de que lo que proporcionamos se dirige a la defensa del reino y no a su capacidad para continuar las operaciones ofensivas”, destacó Blinken en referencia a la ofensiva que la coalición árabe encabezada por Riad desarrolla desde hace cinco años en el Yemen.
Khashoggi, de 59 años, residente en EE.UU. y colaborador del diario The Washington Post, era un enconado crítico de la familia real saudí.
El 2 de octubre de 2018 entró en el consulado saudí en Estambul, del que nunca salió: Fue asesinado por un grupo de personas que después mutilaron su cuerpo, que nunca ha sido recuperado.
En Arabia Saudí, ocho individuos fueron condenados por la muerte de Khashoggi y cinco de ellos fueron sentenciados a la pena capital, pero luego se les conmutó las sentencias por la de 20 años de cárcel.
Fuente: EFE