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Mi pareja no me cuenta sus preocupaciones, ¿a qué se debe?

“Mi pareja no me cuenta sus preocupaciones, se lo guarda todo para sí mismo y no me explica nada”. Son muchas las personas que se quejan de esto mismo en su relación afectiva. Se trata de un fenómeno bastante común que suele ocasionar discusiones, aristas, incomodidades y a menudo hasta distancias. La comunicación es esa asignatura pendiente que no todo el mundo logra (o quiere) dominar.

Hay quien llama a estas figuras relacionales “personas costra”. Son personalidades que construyen una capa impenetrable a su alrededor, impidiendo que nadie ni nada pueda traspasarla. A menudo, a esa corteza de aislamiento se le añaden las reacciones defensivas. Ante cualquier intento de acercamiento mediante frases como “¿qué piensas o qué te preocupa?”, lo único que se logra siempre es el enfado y el malestar del otro.

A medida que acumulamos experiencias de este tipo, el vínculo fricciona y se vuelve doloroso. Porque cuando la comunicación falla, la confianza se deshace en pedazos y sin este pilar la relación pierde intimidad y significado. Estamos ante un problema de gran relevancia en el que vale la pena profundizar.

Mi pareja no me cuenta sus preocupaciones, ¿a qué se debe?

“No me pasa nada. Déjame en paz”. Esta es seguramente la reacción más habitual cuando intentamos acercarnos a nuestra pareja en esos momentos en que, por la razón que sea, lo percibimos más preocupada de lo habitual. Este tipo de respuestas y conductas se viven con desconcierto y, sobre todo, con sufrimiento.

Si hay algo que todos sabemos es que una de las claves de las relaciones felices es una buena comunicación. Sin embargo, cuando nos enamoramos de alguien es muy complicado lograr el “pack completo”. Es decir, conseguir que esa persona amada cuente con buenas competencias en materia de inteligencia emocional, empatía, comprensión y comunicación no es algo precisamente fácil.

Sin embargo… ¿A qué se debe? ¿Por qué hay personas reacias a compartir con su pareja sus preocupaciones y realidades emocionales? Lo analizamos.

Personalidades que viven a la defensiva

Una de las teorías más respetadas de John Gottman es la referente a los cuatro jinetes del apocalipsis. Después de más de cuatro décadas de trabajo, él y su equipo estudiaron a más de 3 000 parejas. A partir de ese trabajo, se concluyó que uno de los mayores problemas en una relación de pareja es la comunicación defensiva.

Cortar las vías de comunicación, cerrarse en banda o, más aún, reaccionar con desprecio ante la preocupación del otro es un lastre para la adaptación social de la persona. Ahora bien, ¿por qué se actúa de este modo? Detrás de la autodefensa hay inseguridad, ya que se trata dedar por sentado que la otra persona no puede entender su realidad.

En muchos casos, también puede evidenciarse mucha frustración acumulada y realidades internas no afrontadas.

El miedo a la vulnerabilidad, demostrar emociones me hace sentir débil

¿Por qué mi pareja no me cuenta sus preocupaciones? Bien puede que tenga miedo a mostrarse vulnerable. A día de hoy, en el pensamiento social sobrevuela la relación entre vulnerabilidad y fragilidad. Nuestras parejas pueden sentir que el diálogo sobre sus inquietudes las desnuda y las deja indefensas ante un posible ataque, ahora o en el futuro.

Una educación pobre en materia emocional y comunicación

Los problemas de comunicación tienen, en buena parte de los casos, su raíz en la infancia. El tejido familiar es el que nos nutre en esas competencias de vida como son el manejo de las emociones, la confianza, la empatía y las habilidades conversacionales.

De este modo, si alguien crece en un entorno en el que se desatienden las necesidades emocionales o no se construye ningún tipo de apego entre el progenitor y el hijo, es común que se arrastren muchos vacíos en la edad adulta. Resulta complicado compartir con otros pensamientos y necesidades en la edad adulta, cuando nadie nos lo permitió durante nuestra niñez.

Falta de confianza: las sensación de que el otro no les va a comprender

Otro de los factores que hacen que mi pareja no me cuenta sus preocupaciones puede deberse a otra realidad que es, cuanto menos, problemática. Puede que dé por sentado que no voy a entender su realidad interna. Es posible que asuma que no voy a ser capaz de sintonizar con eso que le sucede…

Por otro lado, tampoco podemos dejar de lado otro hecho, y es la falta de confianza en nosotros.

¿Cómo lograr que nuestra pareja se abra más a nosotros?

Si en una relación de pareja abunda el clima defensivo, la falta de confianza y las dificultades comunicativas se abren brechas a menudo insalvables en ese vínculo. Es prioritario tener en cuenta que comunicar no es solo mantener conversaciones cotidianas. Una relación no se sustenta a base de diálogos intrascendentes, de hablar del tiempo, de las series que vemos y demás aspectos superficiales.

Comunicar es también profundizar en emociones, preocupaciones y necesidades. Es abrirnos al otro de manera auténtica para ayudarnos, comprendernos y compartir. Esto es más que un pilar, es un tendón psicológico indiscutible. ¿Qué hacer entonces si esto no sucede?

Mi pareja no me cuenta sus preocupaciones, ¿qué puedo hacer?

Desde la Universidad de Florida, el doctor Victor Harris realizó un estudio para recopilar esas estrategias que deben permitir mejorar la comunicación en la pareja. Bien es cierto que podemos asumir que “el problema lo tiene el otro”, pero es importante recordar que, ante cualquier desavenencia, debemos trabajar juntos.

Veamos qué estrategias podríamos adoptar.

Evitemos presionar. Dejemos claro a nuestra pareja que estamos cuando lo necesite, estamos para él o para ella en cualquier momento y cuando lo desee. Queremos ayudar, comprender y acompañar. El amor es compartir, no enjuiciar o criticar.

Es bueno recordarle que comunicar preocupaciones no es demostrar ningún tipo de debilidad. Compartir pensamientos con el ser amado es un valor psicológico que enriquece y fortalece el vínculo. El hermetismo lo debilita y hasta lo rompe.

Buscaremos el momento en que la otra persona esté más relajada y receptiva. En esos instantes, es bueno iniciar una conversación en la cual, evitar preguntas directas.

Este sería un ejemplo que podríamos seguir: “he notado que últimamente pareces más preocupado. Creo que hay algo que te molesta, sabes que puedes decírmelo cuando tú quieras. Te quiero y estoy contigo para lo que quieras”.

Fuente: Mejor con salud

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