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¿Por qué algunas personas se convierten en acumuladores compulsivos?

¿Por qué algunas personas se convierten en acumuladores compulsivos? El conocido síndrome del acaparador conforma un trastorno mental que, a día de hoy, aún despierta tantas incógnitas como especulaciones. Lo más llamativo es el hecho de que nos encontramos ante una condición que aparece cada vez con mayor frecuencia.

Es importante antes de nada diferenciar entre el comportamiento de acumulación y el síndrome de Diógenes. Así, mientras el segundo se limita a una acumulación arbitraria de objetos recolectados sin valor alguno por parte de personas que, a menudo, se descuidan a sí mismas y que padecen desde esquizofrenias, depresiones o conductas adictivas, el primero encierra una realidad más llamativa.

El trastorno de acumulación se define por una angustia excesiva a desprenderse de objetos que son propios. Son hombres y mujeres que tienen, en apariencia, una vida normal, pero con la particularidad de que almacenan infinitos utensilios de forma desordenada hasta el punto de quedarse sin espacio en el hogar.

Por término medio, es una conducta que aparece con mayor frecuencia en personas de edad más avanzada, sin embargo, también la sufre la población más joven. Por ejemplo, alguien puede acumular torres de libros, antigüedades, ropa, juguetes o vajillas por el mero placer de poseer objetos. Como si eso les sirviera de reforzador social y de estrategia para defenderse de la soledad.

Son muchas las dudas que se inscriben aún alrededor de este trastorno. Comprendamos qué nos dice la ciencia.

¿En qué consiste el trastorno de acumulación compulsiva?

La universidad de Braga (Portugal) realizó un estudio en el 2017 intentando comprender un poco más el trastorno de acumulación. Para ello, realizó el seguimiento de un caso, el de un hombre de 52 años, casado que había almacenado objetos en su casa, el garaje y el ático hasta el punto de convertirla en un espacio inhabitable.

Tras un análisis psiquiátrico se pudo ver que el paciente no tenía otro problema más que una leve depresión. Disponía de una familia, un trabajo, no tenía problemas de demencia ni ningún tipo de alteración de la personalidad. Después de 9 meses de tratamiento con un antidepresivo, vendió todos los objetos acumulados y pudo hacer vida normal en su casa.

¿Por qué alguien sin problemas psiquiátricos graves puede derivar en esta realidad tan problemática? Lo cierto es que hasta el momento había más dudas que certezas. No obstante, las instituciones médicas destacan la relevancia de comprender mucho más este trastorno en vista del riesgo que supone. Son muchos los incendios que se desencadenan a raíz de una casa o piso excesivamente lleno de objetos inservibles.

Características de la acumulación compulsiva
Antes de comprender por qué algunas personas se convierten en acumuladores compulsivos, es interesante comprender sus características.

La persona acumula revistas, periódicos y hasta correo comercial.

No pueden tirar a la basura electrodomésticos que ya no funcionan. Sienten una vinculación emocional hacia esa televisión, ese viejo móvil o ese secador de pelo que perteneció a un familiar.

Acumulan ropa vieja.

No les importa que determinados objetos ya estén rotos. No pueden tirarlos ni reciclarlos.

Guardan grandes cantidades de ropa comprada y nunca estrenada.

La acumulación compulsiva puede centrarse en uno solo objeto: por ejemplo, libros.

Asimismo, también se dan casos de acaparación de animales (gran cantidad de gatos o perros en el hogar).

El almacenaje de objetos acaba impidiendo que la persona pueda realizar tareas tan básicas como cocinar, dormir, ir al baño…

¿Por qué algunas personas se convierten en acumuladores compulsivos?

Para comprender por qué algunas personas se convierten en acumuladores compulsivos es importante entender algo en primer lugar. No está del todo claro si el acaparamiento compulsivo es un trastorno único o un síntoma de otros trastornos. Es una realidad altamente compleja que cada vez afecta a más personas.

Veamos lo que hasta el momento, nos dice la ciencia.

Tal vez, no estemos ante un trastorno obsesivo-compulsivo

La doctora Shirley M. Mueller, psicóloga experta en neurobiología, escribió un libro muy relevante sobre el tema titulado Inside the Head of a Collector: Neuropsychological Forces at Play. En él, y a raíz de un exhaustivo trabajo de investigación, nos revela lo siguiente:

Casi el 50 % de las personas analizadas que evidenciaban un trastorno de acumulación padecían depresión.

El 25% evidenciaban alguna fobia social.

Solo el 20% evidenció un trastorno obsesivo-compulsivo.

Es decir, bien es cierto que el acto de acumular responde a una conducta compulsiva, sin embargo el desencadenante en muchos casos es un trastorno del estado del ánimo.

Una alteración en la corteza prefrontal mesial

Cuando nos preguntamos por qué algunas personas se convierten en acumuladores compulsivos es importante profundizar en el aspecto biológico. Así, algo que han evidenciado investigaciones como las realizadas en la Universidad de Yale es que las personas que evidencian una conducta de acumulación presentan anomalías en las regiones frontales del cerebro. En concreto en la corteza prefrontal mesial.

El control de las pertenencias como mecanismo salvavidas

En la actualidad, gracias a la alianza entre la psicología y la neurociencia vamos comprendiendo mucho más esta realidad. Algo que tenemos claro es que los acumuladores necesitan tener sus pertenencias consigo, por inservibles que sean, como mecanismo de control.

Ante el malestar interno, ante la inseguridad psicológica que experimentan a raíz de su depresión o de la ansiedad, el acto de acaparar objetos y tenerlos consigo les genera alivio y seguridad. Llenar la casa de cosas es un modo de rellenar los vacíos internos. Si además esa persona evidencia una alteración en la corteza prefrontal mesial, tenemos ya el desencadenante de este trastorno.

No obstante, cabe señalar que por término medio, el tratamiento a base de antidepresivos, sumada a la terapia cognitivo-conductual suele dar buenos resultados ante estos pacientes. Lo importante ahora mismo es sin duda poder establecer adecuados mecanismos para prevenir y detectar lo antes posible la aparición de más acumuladores compulsivos.

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