Si tienes uno o varios lo primero que debes hacer es acudir al doctor y platicarle sobre tus problemas. Él sabrá si se trata de un parásito o de otra cosa.
Aunque es difícil aceptarlo, nuestro cuerpo es el hogar de miles de microorganismos que son desagradables y no sólo eso, también hay otros huéspedes de tamaño considerable que pasan años alimentándose de nuestras entrañas creciendo centímetros e incluso metros. Estamos hablando de los parásitos, más específicamente, de la lombriz solitaria.
Las taenias son gusanos planos que viven en el tubo digestivo de algunas personas. Entran al organismo cuando el individuo come o bebe algo que está infectado por uno de estos gusanos, generalmente son huevecillos microscópicos que una vez que llegan al aparato digestivo comienzan a desarrollarse. La lombriz solitaria puede crecer hasta 25 metros de largo y vivir más de 30 años alimentándose de lo que ingiere el portador.
Señales de que podrías tener parasito:
¿Te imaginas llevar en tu cuerpo éste y otros parásitos? Por eso siempre es recomendable lavarse las manos antes y después de ir al baño, así como antes de ingerir cualquier alimento. También es importante desinfectar frutas y verduras y cocinar de manera perfecta cualquier tipo de carne. Sin embargo, aun con todos estos cuidados, a veces es inevitable tener parásitos en el estómago. ¿Cómo identificar que tienes un huésped no deseado dentro de tu cuerpo? Te enlistamos los síntomas que puedes llegar a padecer:
Pérdida inexplicable del apetito. Por ejemplo, falta de hambre por la mañana incluso si no se ingirió alimento la noche anterior.
Repetidos dolores de cabeza a lo largo del día. Al principio una simple aspirina puede controlar el dolor, sin embargo, entre más recurrentes se vuelven los dolores menos eficiente es la medicina.
Hambre inexplicable. Caso contrario a la falta de apetito, también puedes tener mucha hambre. Esto como señal de que tu huésped está dándose un festín con lo que ingieres y él quiere más.
Infecciones constantes causadas por la candidiasis. Sangrado de las encías. Si esto comienza a pasarte no esperes ni un segundo y dirígete al doctor.
Cambios de humor como depresión, inquietud, pensamientos suicidas, ansiedad e irritabilidad. Esto porque algunos parásitos se pueden instalar en el sistema nervioso central e incluso en el cerebro.
Antojos constantes de azúcares y alimentos procesados. No es que tu cuerpo pida engordar de a gratis, es porque el parásito necesita específicamente glucosa y grasas.
Sensibilidades y alergias a los alimentos. Puede que tú nunca hayas sido alérgico a la leche o cualquier otro producto lácteo, pero si de pronto comienzan a caerte mal es porque un parásito está dentro de ti.
Tienes niveles bajos de hierro y, por lo tanto, eres diagnosticado con anemia.
Los parásitos también pueden causar problemas en la piel como el acné, urticaria, erupciones cutáneas, úlceras, dermatitis por picazón entre otras cosas.
Problemas para respirar. Si tú nunca tuviste problemas respiratorios y de pronto sientes que las vías respiratorias se obstruyen es posible que el repentino cambio se deba a un parásito.
Babeo durante el sueño.
Problemas relacionados con la memoria. Por si no lo sabías, la temida lombriz solitaria puede implantarse en diferentes partes del cuerpo, entre ellas el cerebro. Cuando el parásito comienza a crecer puede alterar su correcto funcionamiento.
En las mujeres puede provocar problemas en su ciclo menstrual y en los hombres una disfunción eréctil.
Dolores en las articulaciones de los brazos y piernas.
Problemas digestivos constantes. ¿Te has preguntado por qué no puedes defecar de manera regular? Sí, es porque tienes parásitos y ellos se comen todo.
Estos son algunos de los síntomas de las personas que tienen parásitos en el cuerpo. Si tienes uno o varios lo primero que debes hacer es acudir al doctor y platicarle sobre tus problemas. Él sabrá si se trata de un parásito o de otra cosa. Por fortuna, la medicina los ha estudiado tanto que tiene una solución para todos los casos. Sólo es cuestión de identificarlos en el momento justo.