Más de 2 billones de personas en el mundo sufren de discapacidad visual. Sin embargo, mil millones de estos casos podrían haberse prevenido o aún deben abordarse. Además, se espera que la cantidad de personas que padecen ceguera y discapacidad visual a nivel mundial se duplique para 2030, a menos que se tomen medidas correctivas.
La prevención y el tratamiento de las afecciones oculares que alteran la vida pueden comenzar con un solo examen ocular, que puede detectar más de 270 afecciones médicas diferentes, como diabetes, enfermedades cardíacas y riesgo de accidente cerebrovascular, así como cataratas, glaucoma o trastornos de la retina como la degeneración macular. A pesar de la amplia variedad de beneficios para la salud que podrían resultar de un examen de la vista anual, solo una de cada 100 personas comprende la importancia de hacerse uno.
Según datos de Johnson & Johnson Vision, aproximadamente la mitad de los adultos con alto riesgo de pérdida de la visión no visitaron a un oculista en los últimos 12 meses y más de un tercio de los niños menores de 18 años nunca se han sometido a un examen de la vista. Muchas personas no visitan a su oftalmólogo hasta que experimentan una visión borrosa, lo cual puede ser demasiado tarde. Ciertas afecciones oculares graves, así como afecciones generales de salud, no presentan ningún síntoma y solo pueden detectarse mediante un examen ocular completo.
Todas las patologías que no se puedan advertir en esa etapa pueden derivar en una ambliopía. El cerebro del ser humano en el área visual requiere de estímulo continuo para desarrollarse –lo que no sucede con otros órganos- y esto determinará la agudeza visual en la edad adulta. “Los problemas de visión en la infancia son en algunos casos asintomáticos. Es decir, el niño compensa para ver con un ojo mientras con el otro no ve y hasta que no llega a la consulta oftalmológica donde se hace una revisión ocular no se detecta la diferencia entre un ojo y otro”, añadió Caussio.
Dentro de las causas más comunes del “ojo vago” o ambliopía se encuentran la ametropía, es decir, la presencia de un vicio refractivo en ambos ojos, las hipermetropías, miopias y /o astigmatismos. También el estrabismo (los ejes oculares no están paralelos o alineados con el objeto de fijación). Otra causa es por la privación al cerebro de la visión nítida, como ocurre en casos de alteración de la transparencia de medios oculares (como, por ejemplo, en pacientes con cataratas, opacificaciones corneales, hemorragias en el vítreo, retinopatias, etc).
“Son de suma relevancia los controles visuales en niños desde el nacimiento y a lo largo de toda la vida. El sistema visual del recién nacido es inmaduro y se va desarrollando a medida que la corteza cerebral recibe estímulos apropiados de ambos ojos durante los primeros años de vida. La etapa lábil de desarrollo de la corteza visual es desde el nacimiento y hasta los 8 años de vida aproximadamente”, explicó la doctora Laura Taverna, médica oftalmóloga de INEBA.
Para el oftalmólogo Pablo Chiaradía, jefe del sector Oftalmología del Hospital de Clínicas, “un sinnúmero de patologías pueden acontecer en los bebés y en los niños por lo cual es mandatorio el control por un médico oftalmólogo”. “Es muy importante que el control oftalmológico lo haga un médico especialista en oftalmología y eventualmente un oftalmopediatra, ya que los más pequeños pueden tener diferentes patologías con características clínicas diferentes a la de los adultos”, indicó a Infobae el experto.
“Antes de comenzar el ciclo lectivo –y con una frecuencia anual- es recomendable hacer los chequeos correspondientes en niños. El examen es muy simple y consiste en toma de la agudeza visual, examen del ojo con lámpara de hendidura y un fondo de ojos para estudiar la retina y el nervio óptico. De manera rápida y sencilla se puede determinar la mayor parte de la patología y así prevenir y/o tratar posibles enfermedades oftalmológicas”, concluyó Taverna.
Información Infobae