Cuba reportó este sábado 1.029 nuevos casos de covid-19 y lleva cuatro días consecutivos sobrepasando la barrera de los mil contagios diarios, incluido el récord de 1.077 notificado la víspera.
El país acumula hasta el momento 78.382 contagios y 431 fallecidos, dos de ellos en las últimas 24 horas, según el parte diario del Ministerio de Salud Pública (Minsap).
De los nuevos positivos, detectados al procesar 20.974 muestras en los 23 laboratorios de Biología Molecular del país, 1.019 son autóctonos y diez importados.
En los hospitales permanecen ingresadas 26.034 personas: 4.806 casos activos -32 en estado crítico y 49 graves-, 3.975 con síntomas sospechosos y el resto en vigilancia epidemiológica.
La Habana lidera los mayores registros al notificar 570 nuevos enfermos, seguida por la provincia occidental de Matanzas (100) y la oriental Santiago de Cuba (80).
En la capital cubana rige un toque de queda nocturno y permanecen cerrados los centros educativos, restaurantes, bares y playas, entre otras medidas restrictivas.
La escasez derivada de la crisis económica obliga a que la gente salga a la calle y haga largas filas para adquirir alimentos y otros productos básicos, lo cual dificulta la contención de la transmisión en este territorio.
El país desarrolla cinco vacunas propias contra el coronavirus, dos de las cuales -Soberana 02 y Abdala- se encuentran en la tercera y última etapa de ensayos clínicos para evaluar su eficacia.
En paralelo a esos ensayos, las autoridades sanitarias han puesto en marcha “estudios de intervención controlada” en La Habana y la zona oriental de la isla que prevén la administración masiva de esos dos candidatos vacunales, incluyendo a 1,7 millones de personas en la capital.
Ninguno de esos fármacos cuenta aún con autorización de uso de emergencia o registro, algo que las autoridades esperan lograr en torno al mes de junio.
Cuba tampoco ha adquirido vacunas en el mercado internacional ni forma parte del Mecanismo Covax creado con el auspicio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para favorecer un acceso equitativo a la inmunización en naciones de ingresos medios y bajos.
EFE
