Este martes se celebra el Día Internacional del Beso, uno de los gestos más sencillos y verdaderos para mostrar amor y cariño. Resulta que hay algo de ciencia detrás de este comportamiento extraño pero agradable.
La pandemia nos ha quitado una de las manifestaciones más universales y presentes en todas las civilizaciones: poder besarnos en público como símbolo de afecto y alegría de dos o más personas que se encuentran. Aun así, no por eso el beso deja de ser menos deseado.
Los seres humanos se besan por todo tipo de razones. Nos besamos por amor, por suerte, para saludar y despedirnos. Y cuando nos detenemos a pensar en el acto de besar, es un poco extraño, ¿no? ¿Presionar tus labios contra los de otra persona y, en algunos casos, intercambiar saliva? Resulta que hay algo de ciencia detrás de este comportamiento extraño pero agradable.
Existen muchas teorías sobre cómo se originó el beso y por qué lo hacemos. Algunos científicos creen que besar es un comportamiento aprendido, ya que aproximadamente el 10% de los humanos no se besan y mucho menos besan con intención romántica o sexual. Otros creen que besar es instintivo y tiene sus raíces en la biología.
La ciencia nos ha enseñado mucho sobre los besos. Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Oxford sugiere que besar nos ayuda a evaluar a las parejas potenciales y, una vez en una relación, puede ser una forma de conseguir una pareja a largo plazo. También se ha descubierto que usamos 146 músculos e intercambiamos 80 millones de bacterias nuevas para besar.
Besar provoca una reacción química en el cerebro, que incluye un estallido de la hormona oxitocina. A menudo se la conoce como la “hormona del amor” porque despierta sentimientos de afecto y apego. Según un estudio publicado en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences, la oxitocina es particularmente importante para ayudar a los hombres a vincularse con una pareja y permanecer monógamos. Las mujeres experimentan una inundación de oxitocina durante el parto y la lactancia, lo que fortalece el vínculo madre-hijo.
Para Walter Ghedin, médico psiquiatra y sexólogo, “el beso es un contacto intenso que no solo nos une al cuerpo del otro y nos ayuda a conectarnos con el placer, sino que estimula la secreción de oxitocina que ayuda al apego y libera endorfinas que dan sensación de bienestar”.
No es ningún secreto que algunos besos son totalmente sexuales y están lejos de ser platónicos. Los besos con la boca y la lengua abiertos son especialmente efectivos para aumentar el nivel de excitación sexual ya que los labios tienen más terminaciones nerviosas que cualquier otra parte de nuestro cuerpo.
Investigaciones anteriores muestran que para las mujeres, besar es una forma de evaluar a una pareja potencial. También se ha demostrado que los hombres se besan para introducir hormonas sexuales y proteínas que hacen que su pareja sea más receptiva sexualmente.
Recientemente, un nuevo estudio publicado en Sexual and Relationship Therapy proporciona evidencia de que la frecuencia de los besos es un fuerte indicador de la satisfacción sexual y de una relación. Los resultados sugieren que “la frecuencia de los besos podría considerarse una especie de clima de campana para determinar si el vínculo de relación es fuerte y la calidad sexual es alta”, según los autores de la investigación.
“Me interesó este tema porque la mayoría de las investigaciones que se enfocan en el comportamiento físico y su asociación con la relación y la satisfacción sexual ha examinado las relaciones sexuales u otros comportamientos abiertamente sexuales”, manifestó la autora del estudio Veronica Hanna-Walker de la Universidad Brigham Young.
“A pesar de que los besos románticos no se ven en todas las culturas, están en todas partes en la cultura occidental. Las películas, los programas de televisión, los libros y más parecen centrados en ese momento mágico en el que dos personas finalmente comparten un beso. Quería ver cuán importante era este comportamiento aparentemente pequeño y común para las relaciones románticas. En otras palabras, quería saber si los besos románticos eran importantes o no”, dijo.
Fuente: INFOBAE