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Europa está sufriendo un déficit de gas natural de tal envergadura que la región, considerada ejemplar en la lucha contra las emisiones, se está abriendo al carbón para poder satisfacer la demanda de electricidad que ha vuelto a niveles prepandémicos.
El uso de carbón ha aumentado entre un 10 % y un 15 % este año luego de que un invierno más largo y frío de lo normal agotara las reservas de gas, explica a Bloomberg el analítico del vendedor de energía suizo Axpo Solutions, Andy Sommer.
Las reservas de gas europeas actualmente se encuentran un 25 % por debajo del promedio de cinco años, y el precio del gas de referencia neerlandés ha saltado más del 50 % este año. Los futuros están cotizando cerca del máximo para este periodo del año desde 2008.
“Se esperaba que Rusia aumente el tránsito ucraniano pero esto no tuvo lugar”, indicó Trevor Sikorski, jefe para el gas natural y transición energética de la consultora Energy Aspects.
El regreso del carbón, que se está vendiendo a precios cercanos al máximo, es un retroceso para Europa antes del foro sobre el clima programados para este año en Glasgow (Reino Unido). Mientras, los líderes del grupo de las siete mayores economías del mundo fracasaron a la hora de poner la fecha exacta para el fin de la quema de carbón —considerada la mayor fuente de gases de efecto invernadero— en una reunión del pasado fin de semana en Cornwall (Reino Unido).
La demanda de electricidad, que se desplomó con el cierre económico en medio de la pandemia el año pasado, se ha recuperado: la utilización de energía en Alemania, España y la República Checa se encuentra por encima del promedio quinquenal, mientras se mantiene plana en Italia y Francia, según el último informe de Morgan Stanley.