RT.- Travis Stackhouse, un hombre acusado hace dos años de matar a golpes a su hijo de cinco años por comerse el último trozo del ‘cheesecake’ que le habían regalado por el Día del Padre, fue condenado este martes a 20 años de prisión en Milwaukee (Wisconsin, EE.UU.).
El juez del caso, David Borowski, añadió a la sentencia de Stackhouse ocho años adicionales de supervisión. En un principio, los fiscales habían solicitado 21 años de cárcel, pero el letrado tuvo en cuenta que el acusado confesó su crimen y se declaró culpable por homicidio imprudente en segundo grado, descuido de un niño, abuso infantil y causar daño intencionalmente, detalla la cadena Fox 6 Milwaukee.
El crimen se remonta a junio de 2019, cuando Stackhouse le propinó puñetazos en el estómago y en la cara a su hijo, enfurecido al ver que se estaba comiendo el último trozo de su tarta. La madre del menor notó que algo estaba mal con el pequeño y llamó al servicio de emergencias, pero los paramédicos no pudieron hacer nada para salvarle la vida.
En sus primeras declaraciones a la Policía, el sospechoso afirmó que su hijo se había caído por las escaleras mientras jugaba con uno de sus hermanos y que más tarde vomitó y se quejó de que le dolía el estómago. Sin embargo, los investigadores determinaron que las lesiones del pequeño no eran consistentes con esta versión y concluyeron que había fallecido de una herida contundente al abdomen: sufrió un desgarro abdominal, tenía los riñones magullados y una glándula suprarrenal rota.
Finalmente, el hombre confesó lo ocurrido. Por su parte, el juez Borowski calificó el comportamiento del condenado de abominable, mientras que la parte acusadora expresó su preocupación por la seguridad de los otros cuatro hijos de Stackhouse. “La persona promedio que se entera de este caso no puede entender cómo golpeó a un ser humano tan terriblemente como lo hizo en este caso, y mucho menos que se tratara de su propio hijo”, sentenció el togado.