El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, recibió este domingo el alta médica después de ser tratado durante cuatro días por una obstrucción intestinal en un hospital de Sao Paulo.
“Tuve que someterme a una dieta, hice lo que tenía que hacer. Quería irme desde el primer día, pero no me dejaron. Espero que de aquí a unos diez días pueda estar comiendo un churrasco de costilla”, dijo el presidente a periodistas tras salir caminando del hospital privado Vila Nova Star.
El mandatario de 66 años fue internado el miércoles para “tratar un cuadro de suboclusión intestinal. Él seguirá con seguimiento ambulatorio por el equipo médico”, señaló el último boletín del hospital.
A pesar de estar hospitalizado, Bolsonaro siguió al mando del Ejecutivo y muy activo en las redes sociales, publicando fotos y comentando temas políticos.
Inicialmente hospitalizado en Brasilia tras sufrir un dolor abdominal agudo y una crisis de hipo que ya duraba más de diez días, Bolsonaro fue trasladado por recomendación de sus médicos a Sao Paulo.
Debido una puñalada que recibió en el abdomen durante su campaña presidencial en 2018, Bolsonaro pasó por cuatro cirugías que crearon un cuadro en su salud más vulnerable a sufrir adherencias en el intestino.
“Parecía que estaba con el estómago en llamas. La causa era una obstrucción intestinal, porque la adherencia es común en quien ya sufrió una cirugía como yo, después de la puñalada”, expresó Bolsonaro, respondiendo preguntas de los periodistas durante más de media hora.
Dado su historial, el gobernante debe “masticar bien la comida, comer más ligero, hacer ejercicio, caminar. Todo eso es importante”, recomendó el sábado el jefe del equipo médico, Antonio Macedo.
El quebranto de salud de Bolsonaro surge en un contexto de erosión de su popularidad y tensiones políticas, con sospechas de corrupción en contratos negociados por su gobierno para adquirir vacunas destinadas a combatir la pandemia de coronavirus, que deja más de 540.000 muertos en Brasil.
AFP.