La noche del asesinato de Moïse, la seguridad se preocupó más por salvar sus vidas que proteger a la familia presidencial

La noche del asesinato presidente de Haití, los agentes que se encontraban en la residencia del mandatario bajaron rápidamente sus armas y estaban más preocupados por salvar sus vidas que por proteger a la familia presidencial.

Los atacantes llevaban drones, granadas, rifles de alto calibre, gafas de visión nocturna, martillos y hachas, según varios oficiales de las unidades especializadas reunidos por la Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos (RNDDH).

La seguridad del entonces presidente haitiano que se encontraba en su residencia fueron sorprendidos por una verdadera intervención militar.

Por su parte, los agentes de la PNH que se encontraban en el lugar no tenían ni los medios ni la capacidad para resistir este ataque.

Además, el propio agente Renor Fontus, líder del equipo Cat Team, tenia pocas municiones y ante el ataque de los mercenarios tuvo que esconderse en el patio trasero de la residencia de Jovenel Moïse.

Según detalles dado a conocer en un informe, el desplazamiento del vehículo que contenía un excedente de armas y municiones y que estaba en el tribunal presidencial, ayudó a reducir su capacidad de respuesta.

Como resultado, aunque algunos intentaron tomar represalias, tuvieron que retirarse muy rápidamente debido a la falta de municiones.

Planificación del magnicidio

La misión del 7 de julio del presente año en Haití era la detención del entonces presidente Jovenel Moïse, en base de una orden de captura emitida el 18 de febrero de 2019 por el juez Jean Roger Noelcius.

La detención era consecuencia por los actos de asesinato en la masacre de La Saline, ocurrida del 13 al 14 de noviembre de 2018, informa la Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos (RNDDH).

Después del supuesto arresto planificado en primer lugar, Moïse debía haber sido reemplazado por el médico pastor Christian Emmanuel Sanon o por el magistrado Wendell Coq Thelot.

Conforme al informe, la misión fue financiada, en gran parte, por Walter Veintenilla, un extranjero que se había comprometido a darle rienda suelta para implementar una empresa de electricidad en el país. Actualmente dirige el Worldwide Capital Lending Group.

En conformidad a la investigación de la RNDDH, publicada el 20 de agosto, 14 personas participaron principalmente en la preparación de la misión inicial de detención del presidente haitiano, entre ellos: James Solages, Christian Emmanuel Sanon, Joseph Félix Badio y José Vicente.

Así como también Reynaldo Corvington, Dominick Cauvin, Rodolphe Jaar, Gilbert Dragon, Ángel Navaro, Walter Veintemilla, Duberney Giraldo Capador, Emmanuel Antonio Intriago, Archangel Pretel Ortiz y German Alejandro Rivera García.

Estas personas se mantuvieron en constante comunicación con el jefe de la Unidad de Seguridad General del Palacio Nacional de Haití, Dimitri Hérard; Jean Laguel y John Joel Joseph.

La última llamada de Moïse

El día del magnicidio, alrededor de las 1:35 de la madrugada, un grupo 28 individuos conformaron el comando desde donde se le daría muerte al presidente.

El acceso a la residencia le fue fácil, pues, a su llegada, según sostienen, no se emitió ninguna alerta, lo que les permitió pasar el primer muro de seguridad compuesto por agentes del Cuerpo de Intervención y Aplicación de la Ley (CIMO).

Tras llegar a la puerta principal, y estar frente al comando de la seguridad, se inició un intercambio de disparos.

Al escuchar los primeros disparos, el informe revela que el presidente haitiano realizó tres llamadas –todos ellos miembros de la seguridad– .

Los contactados fueron: el director general interino de la Policía Nacional Haitiana (PNH), Léon CHARLES, el coordinador de seguridad, el comisionado divisional Jean Laguel Civil y el jefe de la Unidad de Seguridad General del Palacio Nacional (USGPN), el comisionado Dimitri Hérard.

Luego de haberlos contacto: “Todos ellos prometió enviarle refuerzos de inmediato”. Refuerzo inmediato que buscaba resguardar su vida, pero hoy, Jovenel Moïse está muerto.

De todas las personas que contacto Moïse, a quienes había depositado su confianza, solo una respondió y llegó a su residencia: el inspector general André Vladimir Paraison.

“Jovenel Moïse hizo muchas llamadas, de 1:36 a 1:46 de la mañana. Ninguna de las personas en las que parecía confiar para protegerlo se presentó. El inspector general André Jonas Vladimir PARAISON es una de las últimas personas con las que habló. Fue el primero en llegar a la escena. Y fue él quien organizó la evacuación de Martine MOÏSE”, precisa la Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos en su investigación.

El día del suceso, el pasado siete de julio, su esposa – hoy viuda – Martine Moïse se encontraba en la residencia, junto a dos de sus hijos.

Uno de los vástagos resultó herido durante la operación y el segundo logró resguardarse.