Más de la mitad de su vida en coma.
El futbolista francés Jean-Pierre Adams murió este lunes a los 73 años, luego de vivir 39 años inconsciente.
En marzo de 1982, el futbolista fue ingresado en el hospital para una cirugía de rodilla, pero nunca recuperó el conocimiento después de un error en el suministro de la anestesia.
Nacido en Senegal, el defensor jugó más de 140 partidos con el Niza. También fue parte del plantel del Paris St-Germain.
Este último equipo, en un comunicado, dijo que “este lunes, 6 de septiembre, el PSG perdió a una de sus mayores glorias”. Y agregó que la “alegría de vivir, el carisma y la experiencia de Adams imponen respeto”.
El Niza dijo, por su parte, que el club rendirá homenaje a Adams, que ganó 22 partidos con la selección de Francia entre 1972-1976, en su próximo enfrentamiento de local contra el Mónaco el 19 de septiembre.
Adams también tuvo 84 aparicionescon el Nimes, quien envió sus “más sinceras condolencias a sus seres queridos y su familia”.
¿Cómo terminó en coma?
Jean-Pierre Adams fue llevado al hospital por una rotura de ligamento de la rodilla, luego de que se lesionara entrenando con sus compañeros de fútbol.
El día de la operación, el 17 de marzo de 1982, muchos miembros del personal del hospital de Lyon estaban en huelga.
Sin embargo, la cirugía siguió adelante, con el anestesista atendiendo a ocho pacientes, incluido Adams, al mismo tiempo.
El deportista fue supervisado por un aprendiz, quien más tarde reconoció: “No estaba a la altura de la tarea que me encomendaron”.
Entre el anestesista y el aprendiz se cometieron numerosos errores, lo que provocó que Adams sufriera un paro cardíaco y daño cerebral.
No fue hasta mediados de la década de 1990 que ambos recibieron una condena por el daño causado a Adams.
Fue una sentencia en suspenso de un mes y una multa de 750 euros.
Adams fue dado de alta del hospital después de 15 meses y desde entonces había sido atendido en su casa en Nimes por su esposa, Bernadette.
Durante cuatro décadas, cuidó casi todos los días de Jean-Pierre, cambiándole de ropa, preparándole la comida, sin olvidarse nunca de darle regalos y, a menudo, también hablando con él.
La respuesta siempre fue el silencio de un hombre que alguna vez fue descripto como “grandioso” y cuyas habilidades fueron altamente calificadas por la leyenda del fútbol alemán Franz Beckenbauer.
Las enfermeras solo informaban de leves cambios de humor en las raras ocasiones en que Bernadette se ausentaba por una noche o dos.
Visité la casa de Adams en el sur de Francia en 2016, después de que Bernadette informara que el hospital nunca se había disculpado por un error en el que no podía evitar pensar todos los días.
BBC Mundo.
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