El nuevo ministro de Justicia asumió el jueves en Haití, en medio de una lucha por el poder y graves acusaciones contra el primer ministro como parte de la investigación sobre el reciente asesinato del presidente Jovenel Moise.
Ya a cargo del ministerio del Interior desde julio, Liszt Quitel reconoció la complejidad de la situación que mantiene paralizado al inestable país caribeño.
“Vivimos tiempos difíciles, con necesidades urgentes de justicia y seguridad”, dijo el ahora ministro de Justicia, que deberá enfrentar a las pandillas que controlan sectores de Puerto Príncipe.
Quitel reemplazó a Rockefeller Vincent, destituido por el primer ministro, Ariel Henry.
Henry también cesó esta semana a Bed-Ford Claude, el fiscal principal de Puerto Príncipe, después de que este pidiera inculparlo por el magnicidio.
Claude dijo que sospechaba que Henry había tenido intercambios telefónicos en las horas posteriores al ataque con uno de los principales sospechosos del asesinato de Moise, baleado en su casa por un comando armado.
Ningún policía responsable de la protección del presidente resultó herido en el ataque.
Quitel es el quinto ministro de Justicia designado desde 2017, año en que Jovenel Moise llegó al poder.
Afectado por la inestabilidad y la falta de medios para funcionar, el sector judicial haitiano funciona con extrema lentitud, lo que se traduce en hacinamiento en las cárceles.
Según organizaciones de derechos humanos, más del 85% de los detenidos hoy en las cárceles del país están a la espera de juicio, algunos desde hace varios años.
Mientras la clase política se disputa el poder, la inseguridad crece en todo el país y particularmente en Puerto Príncipe.
Bandas criminales fuertemente armadas controlan varios de suburbios de la capital, donde ejecutan secuestros y desde donde bloquean regularmente todos los accesos a las únicas terminales petroleras del país.
AFP.