Por Javier Herrera.- En medio de la repercusión social y mediática que han tenido las decenas de casos de robos, asaltos, tráfico de influencia y abusos físicos por parte de agentes de la Policía Nacional, la Organización de las Naciones Unidas presentó un diagnóstico de la institución del orden en julio del presente año con el que confirma el tema que desde hace más de 20 años se ha estado debatiendo: la necesidad de una reforma integral policial.
Y es que, a juzgar por los hechos, pareciera que cada cierto tiempo la República Dominicana necesita formatear el sistema de la entidad encargada de velar por el orden y la seguridad ciudadana. Tal concepción la manifestó el exalcalde de la República, Guillermo Moreno, quien precisó que el problema central que provoca que no se realice una real reforma a la Policía radica en los Gobiernos.
Pero el denominador común, además, es que los debates de la necesidad de transformar la uniformada llegan junto a la implementación del Plan Nacional de Seguridad Ciudadana, con el que se busca mitigar los casos de violencia y delitos para preservar la tranquilidad de la población. Sin embargo, expertos en la materia entienden que es posible su cambio integral pero se debe ir identificando varias aristas y tiene que ser un proceso gradual.
Así lo considera el presidente del grupo de trabajo que se creó para la reforma de la Policía, Servio Tulio Castaños Guzmán, el cual cree que la transformación del cuerpo del orden no tiene que ver con una persona, sino que es un tema institucional, al referirse sobre la posibilidad de los cambios integrales bajo el mando del actual director, el mayor general Edward Sánchez, que está siendo objeto de críticas por los más recientes casos de abusos policiales, por lo cual han solicitado al presidente Abinader la destitución.
“A lo inevitable se le da la bienvenida. La transformación de esa institución es inevitable, pero es por ellos (los policías) que es inevitable”, precisó Castaños Guzmán, quien resaltó, además, la necesidad de dignificar al policía.
El abogado habló también sobre algunas de las debilidades a las que también refirió Naciones Unidas, como la parte psicológica, psicométrica y de reclutamiento de las personas que se convertirán en agentes de esa entidad.
Dentro de las transformaciones que propone la comisión para la reforma de la Policía, dijo Castaños Guzmán, que los agentes no usen su arma de reglamento mientras no estén de servicio es una de ellas. También, convertir la entidad en un organismo civil.
Acotó que la reforma sólo se hace “cuando quien toma la antorcha es el presidente de la República”, alegando que no existe la posibilidad de una transformación “real” sino no hay voluntad por parte del jefe de Estado.
Y es precisamente la posición que Abinader ha manifestado en reiteradas ocasiones, movido por los hechos violentos que han acaecido desde que asumió las riendas de la República Dominicana.
Es por eso que el primer mandatario fue enfático cuando dijo que no se pueden hacer reformas como se han hecho antes: “con parchitos”. Se recuerda que dentro de las 12 propuestas por Abinader en su más reciente alocución a la nación, una de ellas es la seguridad ciudadana, que incluye la policial.
El tema persiste pese algunas de las transformaciones que se han hecho durante los últimos 20 años. Cuando Hipólito Mejía asumió como presidente del país en el 2000, mostró su interés por el buen funcionamiento de la Policía Nacional.
Leonel Fernández incluso creó una comisión mediante el decreto número 650-12, con el que se le daba diferentes facultades, tales como: elaborar un plan normativo y operacional que permita la “exitosa” implementación de la nueva Ley Orgánica de la Policía Nacional, recomendar disposiciones reglamentarias y administrativas y proyectos de leyes que contribuyan al proceso de transformación de su transformación, incluido el análisis y propuesta sobre los contenidos fundamentales de éstas; coordinar la cooperación internacional que fuese necesaria para implementar la reforma de la Policía; dar seguimiento al proceso de implementación de las medidas reglamentarias y administrativas formuladas, así como a la implementación de la nueva ley orgánica que debía aprobar el Congreso Nacional; y evaluar los resultados de la implementación de las medidas reglamentarias y administrativas adoptadas, entre otras.
Durante los gestiones del entonces presidente Danilo Medina también se reiteró en varias ocasiones lo imperativo de un cambio integral al cuerpo del orden.
El más reciente aporte durante el gobierno de Media fue la promulgación de la Ley 596-16, con la que se buscaba un cambio total de la institución que por años ha sido vilipendiada por muchos ciudadanos.
Previo a la iniciativa de Abinader, motivada siempre por las debilidades administrativas e institucionales de la Policía, que han levantado campañas y manifestaciones sociales en las redes sociales y en plazas públicas, la Fundación Institucionalidad y Justicia (Finjus), mostró su preocupación en el año 2012 cuando Castaños Guzmán era vicepresidente de dicha institución, cuando dijo, entre otras cosas: que ha abogado por el fortalecimiento del sistema de supervisión interna de la Policía Nacional, para asegurar que las actuaciones de sus miembros estén apegadas al ordenamiento jurídico. Por eso nos preocupa que en la Propuesta de reforma en el Congreso se le atribuya al Jefe de la Policía la recomendación de la designación del Inspector General de la Policía, quien será el responsable del control interno de la institución.
Agrega: Esto configuraría un claro conflicto de interés, que no debe permitirse, por lo que sugerimos que sea el Ministro de Interior y Policía, funcionario a quien compete el control político ordinario del cuerpo policial, quien tenga la tarea de recomendar al presidente de la República el candidato a Inspector General. En este mismo sentido es esencial que también se establezcan controles externos efectivos, para que la ciudadanía pueda estar confiada en que los excesos de los agentes policiales serán efectivamente sancionados. Tampoco debe permitirse, como se pretende, el restablecimiento de los “tribunales de justicia policial”, ya que representaría un claro retroceso hacia situaciones del pasado que ya fueron superadas.
Una vez Abinader asumió el poder, también se propuso a continuar con el tema que late en la sociedad dominicana desde hace más de dos décadas: mediante el decreto 211-21, el jefe de Estado designó a 21 personas para que conformen el grupo de trabajo que se proponga a la transformación de la Policía, con un plazo de un año para cumplir sus objetivos.
Lo que se propone el grupo en esta ocasión es la transformación de la Policía pero con las ayudas de Colombia y el Ministerio de Defensa de España.
“Venimos sumamente complacidos y satisfecho con todas las cosas que pudimos identificar y que Colombia puede cooperar con todo este proceso de capacitación y modernización de la Policía Nacional”, afirmó Castaños Guzmán tras una visita a Colombia en busca de aportes para la República Dominicana.
Y mientras el hacha va y viene, dicen algunos, continúan los casos de abusos policiales junto a la imperante reforma a la Policía de la que los duchos en la materia habla, un sonido cual címbalo que retiñe.