Dos ballenas varadas en la costa atlántica argentina fueron rescatadas con vida por equipos combinados de salvamento, informó este martes la Fundación Mundo Marino.
Los cetáceos estaban encallados en sendas playas de la localidad balnearia de La Lucila del Mar, a 360 km al sur de Buenos Aires, en plena primavera austral.
“La primera, que varó el domingo, se trató de una ballena jorobada hembra juvenil de 9,8 metros de largo y aproximadamente 8 toneladas de peso”, dijo la entidad conservacionista en un comunicado.
El segundo ejemplar “es un macho de la misma especie y de 8,5 metros de largo y aproximadamente 7 toneladas, apareció el lunes por la noche”, agregó la Fundación.
De los rescates participaron unas 30 personas, entre ellas vecinos, ambientalistas marinos, miembros de Defensa Civil, policías guardacostas, bomberos voluntarios y guardavidas de la playa.
El esfuerzo colectivo logró impulsar el regreso de los mamíferos al mar, según el informe.
“Al llegar al lugar para verificar la situación del primer animal, se procedió inmediatamente a realizar las tareas de soporte primario, es decir asegurar la posición del ejemplar para que pueda respirar, mantener las aletas pectorales bajo el agua a fin de facilitar dentro de lo posible la estabilización de su temperatura corporal”, indicó la institución marina.
El procedimiento “fue dificultoso dado que el animal con la fuerza del oleaje dio un giro y quedó en un momento con su espiráculo bajo el agua, quedando expuesto a que ingresara agua a sus pulmones. Gracias a un rápido accionar pudieron volver a enderezarla”, dijo Sergio Rodríguez Heredia, biólogo y responsable del Centro de Rescate de la Fundación Mundo Marino.
Incluso se emplearon ligas bajo su cuerpo para que pudiera ser elevada por una máquina retroexcavadora con el objetivo de liberarla del fondo arenoso.
En el caso de la segunda ballena, “se constató en horario nocturno que el animal se encontraba en buen estado de salud”, dijo Augusto Giachetti, director de Defensa Civil del Partido de la Costa.
Los rescatistas esperaron al amanecer para el procedimiento. “Fue necesario enderezar el animal, utilizar la asistencia de una retroexcavadora y ligas especiales para movilizarla a una profundidad donde fuera posible que flotara”, dijo el funcionario.
Una vez pudo flotar, la ballena reaccionó y pudo nadar mar adentro.
AFP