La isla de La Palma ha experimentado este lunes a las 12.17 horas (local) un terremoto de magnitud 4,3, el mayor registrado desde que entrara en erupción el volcán de Cumbre Vieja el pasado 19 de septiembre, según ha registrado la red de vigilancia volcánica de seguimiento 24 horas del Instituto Geográfico Nacional (IGN).
El sismo se ha detectado al suroeste de Villa de Mazo, a 35 kilómetros de profundidad, y ha sido sentido por la población de la isla. Desde el inicio de la actividad volcánica se han producido millares de pequeños terremotos, lo que es conocido como enjambre sísmico, pero este ha sido el de más intensidad hasta la fecha.
Los expertos del IGN por el momento han descartado que este nuevo repunte de la actividad sísmica provoque la apertura de una nueva boca en el volcán, debido a la gran profundidad a la que se ha registrado. Asimismo han explicado que es habitual que se sigan produciendo terremotos mientras la lava siga fluyendo.
Además, del sismo, la novedad de este jueves es que una nueva lengua de lava ha llegado al mar procedente de la colada que se había quedado retenida en la colina de Todoque. Se ha precipitado a las aguas atlánticas sobre la fajana que se creó en 1949 con la erupción del cercano volcán Teneguía.
Después de 18 días de erupción, el volcán se ha estabilizado y mantiene comportamientos constantes. Continua emitiendo una gran cantidad de lava y preocupa los regímenes de vientos, que podrían hacer empeorar la calidad del aire en La Palma. Actualmente el aeropuerto se encuentra cerrado por la acumulación de cenizas y las dos aerolíneas que operan en la isla han suspendido todos los vuelos de este jueves.
Así, una caída de la intensidad de los vientos alisios ha ocasionado que la concentración de dióxido de azufre se incrementara durante la primera mitad del día y la calidad del aire ha llegado a ser muy mala de madrugada debido a este gas tóxico en el entorno de El Paso.
Las coladas de lava han arrasado ya más de 422 hectáreas, mientras que la isla baja o fajana creada tras la llegada de la lava al mar ocupa ya una extensión de 38 hectáreas. Más de 6.000 personas continúan desalojadas de la zona afectada por el volcán, mientras que más de 1.000 edificios han sido destruidos.
Las distintas administraciones se están coordinando para ayudar a los afectados y paliar los daños causados por la erupción. Por el momento, el Gobierno de España ya ha aprobado dos paquetes de ayudas, el segundo de los cuales asciende a 213 millones de euros.