París, Francia- El delegado permanente de la República Dominicana ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), Andrés L. Mateo, expuso hoy ante la centésima décima segunda reunión del Consejo Ejecutivo de la UNESCO.
El representante del país ante ese órgano de las Naciones Unidas, dijo que, “estamos de regreso a una ‘normalidad’ precaria, y la ciencia despliega su luz, esta 212 reunión del Consejo Ejecutivo nos introduce en un mundo desarticulado que tiene más preguntas que respuestas sobre el futuro”.
El embajador Mateo expresó que, “la pandemia vino y todo se detuvo, casi somos sobrevivientes de un gran naufragio que dura todavía, y el estruendo de la civilización posmoderna chirriando con el freno hasta el fondo, nos arroja sobre más interrogantes metafísicas que certezas”.
De inmediato recordó que, “el Covid-19 erosionó y socavó las totalidades sociales y culturales arraigadas. La ciencia dio algunas respuestas, que eran también otras formas de la oscuridad en que vivíamos. Nos hemos visto emplazados a restaurar nuestros vínculos con los seres vivos, y a cuestionar la vieja noción cartesiana ‘el Hombre como amo y señor de la naturaleza’ ”.
Enfatizó sobre el reto ineludible de la UNESCO:
El delegado de la República Dominicana ante la UNESCO, ponderó que, “con el telón de fondo de lo que hemos descrito, nuestra delegación dominicana ha revisado y discutido la voluminosa papelería de este Consejo Ejecutivo, y el reto ineludible de una organización como la UNESCO, cuya importancia en la recuperación mundial con desarrollo es fundamental”, resaltó.
Agregó que, “nos sobrecoge el pesado fardo, las transformaciones estratégicas que tiene que adoptar la UNESCO para cumplir su papel de organización guía para enfrentar los incontables desafíos de un mundo que ya es otro. ¿Cuáles son los medios de acción con que contamos para materializar las metas de la ‘Agenda 2030’ contenida en nuestro voluminoso prontuario de propuestas remediales?, ¿Cómo restaurar la antigua primacía de la UNESCO, en la recomposición de los sistemas educativos del mundo, por ejemplo, colapsados frente a la pandemia?, ¿Qué decir de la presencia activa fuera de sede de los organismos de la UNESCO, que actuaban antes como correa de transmisión para la concreción de sus proyectos y control general de sus acciones?”.
Resaltó sobre el rol de la creatividad frente al multilateralismo
El diplomático dominicano sostuvo que, “lo cierto es que la crisis del multilateralismo obligó a la UNESCO a abandonar muchas de sus representaciones en el terreno, y el verdadero reto es ahora la creatividad que nos permita recuperar la conectividad objetiva con las dificultades de los Estados miembros”.
Destacó la labor del Gobierno dominicano y la UNESCO en materia de Educación
“Doy un ejemplo con mi propio país. En República Dominicana estamos implementando el programa “UNESCO STEM EDUCATION”, que se impulsa para incrementar el interés de los jóvenes por las disciplinas científicas. Hemos realizado con este programa talleres para maestros de ciencia en creación de capacidad en aplicación de la tecnología, y contamos ahora con un programa para la tanda extendida que incluye enseñanza de la robótica e impresión 3D”, se
Algunos de estos equipos, junto a más de 100 laboratorios, nos fueron donados bajo este programa de la UNESCO. Y el gobierno dominicano se ha comprometido a generalizarlo en el sistema.
Propuso a la UNESCO sugerencias concretas
Finalmente, durante su alocución de 6 minutos ante los 57 países que le acompañan como miembros del Consejo Ejecutivo, el embajador Andrés L. Mateo sugirió: “privilegiar las acciones de la UNESCO sobre el terreno, establecer un criterio de prioridad atendiendo a las características de cada región, limitar el número de las actividades transversales y definir las funciones operativas y ejecutivas de las oficinas multipaís”, concluyó el también escritor dominicano.
El Consejo Ejecutivo de la Unesco está compuesto por 58 países, elegidos respetando criterios equilibrados de distribución geográfica y diversidad cultural.
Es uno de los órganos rectores de la Organización y sesiona dos veces al año. Funge como consejo de administración y es responsable de preparar los trabajos de la Conferencia General, velando, además, por la implementación adecuada de las decisiones adoptadas.