Por Corina Rosario.- Desde que se conoció la decisión del Primer Tribunal Colegiado del Distrito, cuyo fallo en caso Odebrecht deja en tela de juicio la instrumentación acusatoria en la que trabajó el Ministerio Público, las reacciones desfavorables contra el órgano persecutor, no han cesado.
El abogado penalista, Cándido Simó con voz enérgica en una llamada telefónica con N Digital, dijo que al margen de la sentencia, “si usted va a hacer algo malo, ¡hágalo bien!”, refiriéndose al exprocurador Jean Alain y su equipo, responsables de recopilar las pruebas contra el escándalo de corrupción, Odebrecht.
Simó asegura que los resultados se esperaban, porque a su juicio la instrumentación se hizo mal de manera deliberada para responder a intereses particulares.
“Pero también eso paso porque tuvieron una pésima asesoría patrocinada por algunos juristas que tenían conflictos de intereses que servían a las dos partes.”
Comentó que no hay sorpresa, “lo sorpresivo es hayan condenado a Díaz Rúa y a Rondón, que ahora parece que el país va a tener que pedirles perdón, porque resulta que ahora son víctimas de un mal proceso.”
Lamentó que el Procurador adjunto de la Procuraduría Especializada contra la Corrupción Administrativa, Wilson Camacho, al final tuvo que participar en un proceso judicial del que inicialmente fue aislado “y cargar con el dado de un proceso mal hecho.”
De su lado, el Presidente del Colegio de Abogados (Card), Miguel Surún Hernández consideró como una “deficiencia extraordinaria” el proceso investigativo general, del caso Odebrecht.
Más allá de la sentencia, apoya su razonamiento en lo admitido por el propio Ministerio Público, que no se interrogó de manera directa a los principales ejecutivos de Odebrecht y a las personas que ejecutaron los sobornos.
“Con lo cual, esta sociedad ha perdido una extraordinaria oportunidad para que se haga justicia de manera igualitaria y que se establezcan precedentes, sin importar la jerarquía de los involucrados.” Resaltó el jurista.
Le llamó la atención que el mismo Ministerio Público, a la luz de la deficiencias que se han revelado, haya establecido la necesidad una nueva investigación que abarque a todos los involucrados.
Pero para el presidente del (Card), no todo fue negativo, vio positivo que el complejo proceso de Odebrecht haya tenido resultados condenatorios, al menos en los casos de Díaz Rúa y Ángel Rondón.
Al abogado Carlos Salcedo, le llamó la atención la condena del empresario Ángel Rondón, penado por soborno, enriquecimiento ilícito y lavado de activos.
Explicó que al ser un delito de concurrencia, se necesita un agente activo, que es el sobornante, en el caso que compete, Odebrecht y no estaba, así como un agente pasivo, que tampoco estaba, por lo que cuestionó la condena que se produjo contra el lobista y empresario, pero aclaró que es una decisión debidamente motivada.
Sin embargo, Salcedo, el también defensor de expresidente del Senado Andrés Bautista (absuelto), consideró que la sentencia fue ejemplar en términos de motivaciones y de estructura, no sólo en la forma, también en cuanto al fondo.
Opiniones en relación a Odebrecht 2.0
El abogado Cándido Simó sopesó que habría que ver el tiempo disponible que se tiene para esto, aunque cree que ya se agotó “porque la oportunidad se perdió”.
“La oportunidad era cuando Rondón estaba contra la pared, porque Rondón pudo ser el testigo premiado, pero no después que estaba en libertad.”
En este sentido, puso como ejemplo a Brasil, cuyas justicia negoció con los implicados dentro de la cárcel, con una sentencia de 16 años.
Posición contraria tiene Salcedo. Consideró que si verdaderamente el Ministerio Público va a realizar el “segundo Odebrecht”, “que se haga en un proceso limpio, con una investigación no torcida, ni desnaturalizante de un proceso que tiene que ser objetivo, sin atropellamientos, ni abusos.”
El Ministerio Público no debería recurrir en apelación
A juicio de Cándido Simó, el Ministerio Público no debería recurrir en apelación. Para este abogado penalista, sería una pérdida de tiempo, “invirtiendo esfuerzos en un proceso que no va para ninguna parte.”
Resaltó que aunque los fiscales son buenos, “ya no hay caso.”