Puerto Príncipe, 24 oct (EFE).- La falta de combustible se ha convertido en un nuevo escollo para acceder a atención sanitaria en Haití, un país donde los generadores alimentados con derivados del petróleo constituyen la principal fuente de electricidad en instituciones, establecimientos privados y hogares.
La organización Médicos del Mundo alertó este domingo de la precaria situación en la que se encuentran los hospitales en los que ofrecen servicio a través de acuerdos con instituciones estatales; centros donde, según señalaron a Efe, apenas queda combustible para garantizar el servicio a los pacientes.
ESPERANDO COMBUSTIBLE EN VÍSPERA DE PROTESTAS
Según un miembro de la organización que prefiere preservar su identidad, se había negociado la llegada de combustible para este domingo, pero los accesos están bloqueados, supuestamente por miembros del G9 (conglomerado de las principales bandas armadas del país), y los camiones con el carburante no han llegado.
En este punto la situación puede recrudecerse, ya que se anuncia una movilización nacional desde este lunes, precisamente para protestar por la escasez de combustible y la inseguridad, protestas que supondrán el completo bloqueo de la actividad, con levantamiento de barricadas y quema de neumáticos, que previsiblemente degenerarán en saqueos, incendios y tiroteos.
HOSPITALES SIN INSUMOS NI PACIENTES
También es imposible comprar combustible para llenar los depósitos de los vehículos, así que el personal sanitario no encuentra la forma de llegar a sus puestos de trabajo en clínicas y hospitales, centros a los que acuden cada vez menos pacientes, por los mismos motivos.
Su justificación es “para qué voy a ir si no tengo cómo, no hay un coche o una moto con gasolina y cuando llegue allí no me van a atender porque (el hospital) no es funcional”, afirmó el miembro de Médicos del Mundo.
La realidad es que un hospital sin energía apenas puede ofrecer servicios porque “todo es una cadena. No pueden llegar los medicamentos y otros insumos médicos, no se puede tener hospitalizado a nadie porque la máquinas no funcionan…”, se lamentó.
AL BORDE DEL CIERRE
Algunos centros privados ya han lanzado la voz de alarma y solicitan la creación de un corredor de entrega de combustible para todos los establecimientos sanitarios.
Los hospitales St. Damien y St. Luc informaron el sábado, en un comunicado, de que solo tienen en reserva 6.000 galones de diesel, cantidad que permitirá funcionar a los centros por unos pocos días.
Si no llega diesel (se esperaban 16.000 galones), el martes 26 de octubre será necesario suspender el servicio pediátrico para más de 300 niños, el de maternidad para unas 45 mujeres, así como las urgencias, y habrá que dar de alta a más de 70 adultos ingresados.
VIOLENCIA Y PROTESTAS
La carestía de energía viene a complicar más todavía una situación de por sí “tensa y de incertidumbre a causa de la violencia de las bandas armadas” que viene arrastrándose desde hace meses y que también incide negativamente en el acceso a la sanidad.
“Una de las mayores preocupaciones ahora es quedarse incomunicado”, más aún con las protestas y bloqueos que se avecinan, porque también las antenas de telefonía móvil funcionan con combustible y van saliendo del servicio, así que “si no llega carburante seguirán cayendo”, complicando aún más unas comunicaciones de por sí deficientes.
La falta de combustible generó protestas esta semana en la región metropolitana de Puerto Príncipe, donde hubo bloqueos de calles este jueves mediante barricadas en llamas levantadas por mototaxistas asfixiados por el precio de la escasísima gasolina que lograban encontrar.
La compra de carburante en el mercado negro es prohibitiva, pasando de 200 gourdes (2 dólares) por galón a 2.500 (25,5 dólares) por la misma cantidad, un ingrediente más en la crisis que azota Haití, donde ha desaparecido casi por completo el transporte público.