La Sociedad Dominicana de Pediatría realizó su acostumbrado desayuno donde fue dictada la conferencia “La muerte súbita infantil: el asesino silencioso”, por el doctor Kyran Quinland, profesor de pediatría del Rush Medical College.
Durante su ponencia el doctor Quinland enfatizó que el 90% de las muertes súbitas en niños ocurren antes de los seis meses porque hay un periodo de desarrollo crítico en los infantes.
Al referirse a factores de riesgos para que ocurra este tipo de evento el especialista enfatizó que algunos riesgos modificables o controlables son: la posición en que se acuesta al bebe, compartir la misma cama, exposición al tabaco, alcohol y drogas y sobrecalentamiento.
Entre los aspectos no modificables señaló que entre los dos y los cuatro meses es el pico más elevado en que ocurren estos casos fatales, “la edad del bebe es algo que no se puede modificar, pero sigue siendo un factor de riesgo”.
Dijo que si el bebe es prematuro se aumenta el riesgo, “en los Estados Unidos hay un riesgo relacionado a la raza o la etnicidad del bebe”.
El doctor Quinland explicó que la Academia Americana de Pediatría tiene políticas que enseñan como debe ser acostado debidamente el bebe, que es, solo, boca arriba, en una cuna o moisés.
El especialista se refirió a las tendencias o cifras en relación a muertes súbitas, donde destacó que ha habido un cambio en la forma de diagnosticar por esa razón las muertes súbitas están bajando en números, “ahora no estamos llamando muerte súbita a casos que son muerte súbita, ahora la llamamos desconocido”.
“En los Estados Unidos tenemos una disparidad por raza en este tema, nos hemos dado cuenta que en la comunidad negra hay número muchísimos más elevados de muerte súbitas de infantes que en otras razas, los hispanos son el número dos de muerte súbita debajo de la raza negra”, dijo.
El doctor Quinland enfatizó en que el primer mes de vida es crucial para hacer algo por proteger la vida de los niños, “no hay nada que amenace más la vida de un bebe entre su primer mes de vida y su año que la muerte súbita infantil”.
Resaltó que las muertes súbitas en infantes son un asesino silente porque pese a que no dejan de ocurrir no salen en los medios de comunicación, “este es el enemigo silente, ustedes nunca escuchan acerca de estos casos en la prensa, es como si nunca sucedieran”.
Asimismo, se refirió a la importancia de utilizar de manera apropiada el tiempo de consejería con los padres durante la consulta “nosotros podemos mejorar la forma en que aconsejamos a los padres de nuestros pacientes y los modelos de cuidado”.
