Por Wilma Martes.- Los centros educativos dominicanos continúan reportando violencia entre los estudiantes, que van desde los insultos y empujones hasta las agresiones con armas blancas.
Aunque se supone las escuelas debería ser uno de los lugares más seguros para los estudiantes dominicanos, al parecer la seguridad les ha quedado grande a la administración de las escuelas y con ellos al Ministerio de Educación.
No de ahora, ha sido un acto “normal” las peleas a la salida de las escuelas, peleas de tal nivel que han desencadenado en muerte.
Recordamos el caso de la niña Chanel Marit Tiburcio de 11 años, quien murió tras recibir golpes en la cabeza por otra menor de edad, en una riña al salir del Centro Educativo José Amparo.
El hecho ocurrió en el sector La Fundación, de Los Girasoles, en Santo Domingo Oeste el 24 de abril del año 2019, cuando aún representaba el ministerio de Educación la pasada gestión de Gobierno.
Aquí se evidencia que la raíz del problema no precisamente radica en las autoridades si n también en los administrativos de los centros educativos y las medidas que adoptan para estos fines.
Al parecer condenar estos hechos en reiteradas ocasiones no les ha dado resultado a las autoridades, para que situaciones como la de la niña Chanel Marit y otros mas no sigan sucediendo en los planteles educativos.
Otro caso que llamó la atención de la sociedad fue el de un estudiante de 16 años apuñaló a otro de 13 en centro educativo de Pedernales.
El hecho ocurrió en el Liceo Antonio Guzmán Fernández, el 24 de mayo del 2019, también a la salida del centro. La víctima se recuperó sin mayores dificultades.
En ese mismo orden, fue enviado a prisión un menor de 15 años por haber apuñalado a otro menor de edad, a la salida del Centro Educativo San Miguel Arcángel “El Polvorín” del municipio Santo Domingo Norte.
Aunque afortunadamente el menor agredido no murió, su agresor debió cumplir la sanción en el centro de reclusión para menores “Ciudad del Niño”.
Tan solo hace cuatro días, fue enviada a prisión por dos meses, una estudiante que le propinó 27 puñaladas a una compañera en liceo.
El incidente tuvo lugar en uno de los baños del Centro Educativo del Nivel Medio, Ramón Agustín Corcino Acosta, de la localidad Los Arroces Bonao.
