En medio de una nueva ola de casos de COVID-19 provocado en gran parte por la propagación de la variante Ómicron, los países europeos decidieron imponer fuertes restricciones a las celebraciones públicas por Año Nuevo para evitar nuevos contagios.
Francia
Con más de 200.000 casos de coronavirus diarios, Francia celebra el Año Nuevo sin toque de queda pero con numerosas restricciones, que incluyen discotecas cerradas y la prohibición de concentraciones al aire libre y fuegos artificiales en las grandes ciudades.
En París, donde la incidencia es de 2.000 casos por cada 100.000 habitantes, no se celebrarán por segundo año consecutivo los emblemáticos fuegos artificiales junto al Arco del Triunfo.
En la capital francesa se prohibirá además beber en la vía pública y los bares y restaurantes cerrarán como muy tarde a las 2 de la madrugada. El uso de mascarilla al aire libre será también obligatorio por un decreto que entra en vigor este viernes. No obstante, el transporte público estará abierto toda la noche.
Otras grandes ciudades como Niza o Lyon también estarán sujetas a un cierre prematuro de sus establecimientos.
Las discotecas seguirán cerradas -lo están desde mediados de diciembre- y dentro de todos los bares y restaurantes de Francia estará prohibido bailar al considerarse una acción que puede contribuir a propagar el virus.
El Gobierno, que actualizó sus medidas contra el COVID el pasado lunes, no limitó las reuniones familiares o de amigos a un número concreto, pero el primer ministro, Jean Castex, aconsejó prudencia, limitando el número de invitados.
Para 2022, habrá más restricciones en Francia e importantes cambios legislativos. Se espera que a mediados de enero se sustituya el pase sanitario por el de vacunación.
Asimismo, se pondrán en marcha limitaciones de aforo en lugares deportivos y de ocio, se impondrá el teletrabajo y se prohibirá la consumición de pie en bares y restaurantes y en los transportes.
Reino Unido
El Reino Unido ha decidido cancelar varias celebraciones multitudinarias para recibir el 2022, entre ellas las tradicionales de Londres y Edimburgo, debido a la rápida propagación de la variante Ómicron y cuando el país registra cifras récord de contagios.
En Londres, el alcalde de la ciudad, el laborista Sadiq Khan, ha decidido cancelar una celebración con público en la céntrica plaza de Trafalgar, mientras que tampoco habrá fuegos artificiales sobre el río Támesis para evitar aglomeración de gente.
Cada año, unas 100.000 personas se congregan sobre el Támesis para ver de cerca un espectacular despliegue de fuegos artificiales en la Noria de Londres, evento seguido por millones por televisión.
La capital de Escocia, donde los contagios han subido considerablemente en los últimos días, ha decidido cancelar los festejos callejeros que tienen lugar cada 31 de diciembre por la noche, un evento que atrae a turistas de todo el mundo.
Otros festejos multitudinarios también han sido cancelados en distintas ciudades de las cuatro regiones británicas, mientras que Gales y Escocia han declarado el cierre de discotecas.
Inglaterra, a diferencia de las otras regiones, no ha establecido nuevas restricciones para fin de año, pero las autoridades han pedido a la población que celebre la entrada de 2022 al aire libre y no en interiores para evitar mayores contagios.
En el caso de Inglaterra, las autoridades mantienen la obligatoriedad de llevar mascarilla en el transporte público y lugares cerrados, mientras que se exige un certificado COVID para entrar en grandes eventos, como discotecas o estadios.
Países Bajos
Países Bajos se encuentra sumida en un “confinamiento” por el que toda la actividad no esencial se encuentra cerrada, aunque se puede salir a la calle a hacer las compras básicas y dar un paseo sin controles estrictos. En Año Nuevo se permite un máximo de cuatro invitados a casa, pero no habrá fuegos artificiales ni grandes celebraciones.
Países Bajos se despedirá del 2021 con los restaurantes, bares y discotecas cerrados; los eventos culturales y musicales cancelados; y los grupos de más de cuatro personas al aire libre prohibidos; como parte de un paquete de restricciones definido como un “confinamiento estricto” y que supone el cierre de toda la actividad no esencial para limitar el contacto social.
No hay prácticamente celebraciones oficiales para cambiar de año con el objetivo de evitar aglomeraciones, y las cenas solo podrán contar con cuatro invitados, con el consejo de someterse a un autotest antes de visitar otro hogar.
Ámsterdam canceló todas las celebraciones de Nochevieja organizadas por el ayuntamiento, incluida la cuenta atrás nacional y los espectáculos con fuegos artificiales, debido al panorama “sombrío” que provocaba ya en noviembre la alta tasa de contagios y hospitalizaciones.
También se ha cancelado la inmersión tradicional en el agua gélida del mar del Norte, que se celebra cada 1 de enero para empezar el año y en la que hasta 10.000 personas de diferentes nacionalidades se bañan, a pesar del viento y el frío, en la playa holandesa de Scheveningen, en La Haya, una tradición que se practica desde 1965.
Italia
La rápida difusión de la variante Ómicron del coronavirus marcará este año la llegada del 2022 en Italia, donde se han cancelado cenas y conciertos y se han prohibido las celebraciones en el centro de las ciudades, mientras aumentarán los controles policiales y del certificado sanitario reforzado, actualmente necesario para casi todas las actividades de ocio y restauración del país.
El ritmo de contagios, que el miércoles rozaron los 100.000 por primera vez desde el inicio de la pandemia, ha impulsado restricciones particulares como el cierre de discotecas hasta el 31 de diciembre, además de la obligación de la mascarilla al aire libre o la prohibición de aglomeraciones festivas, entre otras.
Las plazas y las calles céntricas, donde por segundo año consecutivo no se celebrarán conciertos ni reuniones, serán objeto de una vigilancia especial decretada por el Ministerio del Interior, que en una circular enviada a todos los prefectos del país ha pedido que las fuerzas del orden aumenten los controles en los días festivos y donde las reuniones pueden ser más probables.
El objetivo es hacer cumplir las nuevas normas, en particular la obligación de utilizar mascarillas también al aire libre y la prohibición de reuniones, en tanto que las ciudades más importantes han incrementado esos controles con ordenanzas especiales, como Florencia, Milán o Roma, donde se ha cancelado el tradicional concierto de la noche del 31 de diciembre en el Circo Máximo.
Alemania
La actividad pública y privada en Alemania se limitó nuevamente desde esta semana con la entrada en vigor de restricciones a los contactos interpersonales con las que se pretende reducir el riesgo de expansión del coronavirus en las celebraciones de fin de año y hacer frente a la amenaza de Ómicron.
Varios estados federados alemanes han reforzado sus medidas contra el coronavirus, pese a la tendencia a la baja de la incidencia, y se espera que en los próximos días otros se sumen con medidas puntuales.
Pese a que la incidencia y el número de contagios en los últimos días ha tendido a la baja, los expertos advierten del advenimiento de una nueva ola, marcada por la expansión de ómicron, una variante más contagiosa que las anteriores.
En Mecklenburgo-Antepomerania (noreste de Alemania) cines, teatros, museos, la parte bajo techo de los jardines zoológicos y los museos deberán cerrar a partir de este lunes.
En Brandeburgo (este de Alemania) y Baja Sajonia (norte del país) habrá, de momento hasta el 11 de enero, un límite de diez personas -sin contar niños- tanto bajo techo como al aire libre.
En Baden-Württenberg (suroeste del país) bares, restaurantes y otros establecimientos deberán estar cerrados entre las 22:30 y las 5:00 horas.
En la nochevieja esta norma se relajará y los establecimientos solo tendrán que cerrar a la una de la madrugada.
España
Ocho comunidades autónomas celebrarán sin restricciones la segunda la llegada del año nuevo, mientras que el resto lo hará con limitaciones de horarios y aforos, movilidad y en el ocio nocturno, en un intento de frenar la ola de contagios con la variante Ómicron.
España, donde se ha vuelto a establecer la obligatoriedad de llevar la mascarilla en exteriores, sumó este jueves, por décimo día consecutivo, un nuevo récord de contagios al contabilizarse un total de 161.688.
No se podrá celebrar el Año Nuevo en Asturias, donde está cerrado el ocio nocturno, ni en Cantabria, que lo ha limitado hasta las doce de la noche, pero tampoco en otras comunidades como Cataluña, Murcia, La Rioja, Navarra o el País Vasco, en las que solo se permite la actividad nocturna hasta la 1 de la madrugada.
Galicia abre el ocio nocturno hasta las 2 de la madrugada, salvo esta noche que se permite hasta las 3, pero el Ejecutivo gallego ha pedido que cierre hasta el 3 de enero, a cambio de ayudas económicas y con el propósito de frenar la transmisión del virus. Esta noche están prohibidas las reuniones de no convivientes de 3 a 6 de la madrugada. También Aragón, como medida excepcional, lo permitirá esta noche hasta las 2 de la madrugada.
Canarias no tiene limitaciones para lo que resta de las fiestas después de que la justicia rechazara el toque de queda nocturno que había solicitado el Gobierno regional, por entender que suponía “una importante restricción de la libertad personal”.
Por el contrario, los gobiernos de Madrid, Andalucía, Baleares, Extremadura, Castilla León, Castilla-La Mancha y la Comunidad Valenciana han optado por mantener la normalidad y no poner en marcha limitaciones para esta Nochevieja, al menos de momento, hasta que finalicen las fiestas, apelando a la responsabilidad de los ciudadanos.
Grecia
Después de asegurar que la variante Ómicron del coronavirus no iba a impedir una Navidad normal, Grecia acabó dando un golpe de timón como muchos otros países y justo en la víspera de la Nochebuena canceló todas las celebraciones públicas, lo que convierte al Año Nuevo en otro festejo sobre todo familiar.
El miedo a Ómicron había ganado la partida, después de que en tan solo unos pocos días esta variante, de presentarse en tan solo unas decenas de casos, se había convertido en la prevalente, por lo que el Gobierno del conservador Kyriakos Mitsotakis terminó escuchando a la voz de alarma de los científicos.
La Navidad ha transcurrido así en familia y con un fuerte despliegue policial en las calles para evitar violaciones de las restricciones.
Entre las medidas impuestas a última hora ha estado también el uso obligatorio de las mascarillas en todas partes, no solo en interiores como hasta ahora, e incluso de doble protección en supermercados y transporte público donde se producen las mayores aglomeraciones.
En el resto del comercio, así como en bares y restaurantes, de por sí es obligatoria la presentación del pasaporte COVID que demuestre que la persona está vacunada o ha superado la enfermedad como mucho hace tres meses.
Los festejos de Año Nuevo en restaurantes deberán terminar a las dos de la madrugada, por lo que esta última noche del año se presenta nuevamente de lo más casera, algo que costará asimilar a más de uno, sobre todo en un momento en que la aceptación de la vacuna está disminuyendo.
Fuente: INFOBAE