RT.- Durante los últimos 12 meses, los investigadores del Museo de Historia Natural de Londres han descrito un total de 552 especies nuevas para la ciencia, sugiere un comunicado del Museo.
Seis nuevas especies de dinosaurios, escarabajos, docenas de crustáceos críticos para el ciclo de carbono del planeta y centenares de otras especies han sido añadidas por los investigadores del museo al árbol de vida de la Tierra, pese a las restricciones por el covid-19 que han entorpecido los viajes de científicos. Además, hay que sumar el estudio de un meteorito que cayó cerca de la ciudad inglesa de Winchcombe (condado Gloucestershire) en febrero de ese año.
Dinosaurios
La nueva especie más grande y más temible descrita ese año fue un dinosaurio carnívoro gigante conocido como espinosaurio. Dos de esos especímenes (más grandes que los tiranosaurios), fueron descubiertos en la isla de Wight por el estudiante de doctorado Jeremy Lockwood y resultaron ser depredadores anfibios que solían cazar en las riberas usando su enorme cola como un remo para nadar.
Estos depredadores fueron apodados como ‘cazadores de ribera’ y ‘garza infernal con cara de cocodrilo cornudo’. Este animal ‘del infierno’ ostentaba varios cuernos en la parte baja de su frente y su estilo de cazar era ‘parecido a una garza’.
“Ha sido un año fantástico para la descripción de nuevos dinosaurios, especialmente del Reino Unido”, comentó la doctora Susannah Maidment, investigadora principal en paleobiología del museo que participó en el estudio de estos nuevos hallazgos.
“Estos especímenes son parte de un vasto rompecabezas paleobiológico que nos permite comprender los entornos del pasado y cómo cambiaron con el tiempo”, sostuvo la científica.
Además de estos descubrimientos, ha habido otros hallazgos fósiles, como animales de musgo, algas, braquiópodos y arácnidos atrapados en ámbar, pero también un pariente de cocodrilo antiguo y dos mamíferos antiguos.
Los más destacados de ellos figuran en un video que el museo colgó en YouTube.
Crustáceos e insectos
La mayoría de las nuevas especies descritas pertenecen a la familia de los crustáceos, en particular a un grupo conocido como copépodos, pequeñas criaturas parecidas a camarones que habitaban en cualquier agua, desde lagos de alta montaña hasta las fosas oceánicas profundas.
Pese a su tamaño son fundamentales para la ecología y el ciclo del carbono del planeta. Al formar el componente principal del zooplancton, son el alimento vital para peces y otros animales. Dada su enorme importancia, los expertos del museo han descrito 291 especies de copépodos.
Muchos de ellos son parásitos y “se pueden encontrar viviendo en prácticamente todos los demás grupos animales importantes”, explicó el profesor Geoff Boxshall que junto con sus colegas surcoreanos estudió la enorme colección recopilada durante varias décadas por los investigadores franceses Claude and Françoise Monniot.
Otras especies clasificadas incluyeron 52 avispas, 13 polillas, siete cangrejos, seis moscas y cinco anfípodos. Los escarabajos más notables han incluido un par de especímenes metálicos morados y verdes de la India, un escarabajo monocromático con un gran par de mandíbulas de Filipinas y un escarabajo que habita los pantanos y que ha sido apodado Larry, en honor del famoso gato ratonero de la Oficina del Gabinete británico.
Y una bola de fuego clasificada…
Un gran pedazo de roca espacial ardiente alumbró el cielo nocturno sobre la ciudad de Winchcombe en febrero de este año.
En pocas horas se recuperaron unos 600 gramos de este meteorito, oficialmente clasificado como un meteorito de Winchcombe, que pertenece al grupo oficialmente llamado condritas carbonáceas.
“Se cree que Winchcombe proviene de un asteroide que se ha mantenido prácticamente sin cambios desde el nacimiento del sistema solar hace 4.600 millones de años”, explicó Helena Bates, investigadora del museo que participó en la recuperación del bólido.